Un comunicado del obispado contra la agrupación del Carnaval de Cádiz reabre el debate de la libertad de expresión en la fiesta
El Cristo no se ha levantado “muy católico” y si la virgen de los Dolores “pudiera hacer milagros”, se lo haría para ella misma. El Teatro Falla de Cádiz se ríe a carcajadas con la chirigota Aquí estamos de paso, la agrupación del carnaval caracterizada de procesión de la Semana Santa, con pasos, banda de música y señoras de mantilla incluidas. El grupo cosechó buenas críticas por su irreverencia tras su actuación el pasado martes, en el transcurso de esta edición del concurso oficial de la fiesta. Sin embargo, las cofradías gaditanas no parecen pensar lo mismo y han tachado la caracterización de “mofa” en un comunicado publicado por el obispado que ha reabierto el debate sobre los límites de la libertad de expresión en el carnaval.
La chirigota, dirigida por Juan Luis Soto, Cascana, ha convertido en parodia a los jóvenes cofrades sevillanos que, durante la pasada Semana Santa, se hicieron conocidos con gritos como “¡reina del Martes Santo!”. Pero la polémica ha saltado por la presencia de los dos pasos en el escenario. Sobre ellos, dos integrantes de la agrupación, Miguel Ángel Suelo, Willy, y José David García, El Coñeta, ambos discapacitados y en sillas de ruedas, representan, respectivamente, a la Virgen con una corona hecha con cubiertos y al Cristo con tres matamoscas por potencias. Esa representación es la que ha motivado que el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Cádiz y el secretariado diocesano lanzasen el pasado miércoles un comunicado en el que lamentan “la mofa realizada, dentro del carnaval, hacia los sentimientos religiosos de miles de gaditanos”.
En una insólita manifestación publicada incluso en la web oficial del obispado de Cádiz, los cofrades aseguran que la pasión de Cristo es “el ajusticiamiento de un inocente” que “jamás puede convertirse en motivo de diversión”. Aunque secretariado y consejo dicen respetar “la libertad de expresión propia de este género [por la chirigota]”, lo cierto es que su pronunciamiento oficial ha reabierto un debate sobre los límites del humor y de la corrección que, con idas y venidas, suele jalonar el carnaval de Cádiz.
Desde su cuenta de Twitter el grupo ha retuiteado diversos tuits de apoyo que están en contra de la censura de “los ofendiditos”. Al apoyo se han sumado también personajes conocidos en el carnaval de Cádiz, como la actriz Ana López Segovia, protagonista activa de la fiesta callejera.
No es la primera vez que las agrupaciones del carnaval de Cádiz despiertan críticas en el ejercicio de su libertad de expresión. Hace dos años, otra chirigota recibió el requerimiento de Andrea Janeiro —hija del torero Jesulín de Ubrique y de Belén Esteban— por decir que la joven tenía la cara “de una papa nueva”. Y ese mismo 2018 una agrupación chirigotera también fue duramente criticada nacionalmente por decapitar figuradamente al expresident de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont.
Tampoco son nuevas las referencias carnavalescas a la religión en una fiesta que, precisamente, tiene su origen en la diversión y el desenfado previo a la ascética cuaresma. El cuarteto Déjalo, bien lo sabe Dios (1994) y las chirigotas Dios dijo hermanos, pero no primos (1994) o Los tontos de capirote (1986) también experimentaron las críticas en su día por hacer sátira del papa y de las cofradías, respectivamente. Ahora, habrá que esperar para ver si Aquí estamos de paso aprovecha su posible pase a las siguientes fases de este concurso para contestar o no a los cofrades ofendidos por su supuesta mofa.
LA CHIRIGOTA MÁS INCLUSIVA
Más allá de su polémica con los cofrades gaditanos, la chirigota de Juan Luis Soto, Cascana, es conocida por ser la más inclusiva de las que se presenta al Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval. Dos de sus miembros, Miguel Ángel Suelo, Willy, y José David García, El Coñeta, están en sillas de ruedas y contribuyen a visualizar los problemas de accesibilidad que sufren muchos discapacitados. En la apuesta de este año de su agrupación, tanto Suelo como García se han convertido en protagonistas involuntarios de la polémica, ya que son los que representan al Cristo y a la Virgen, aupados con sus respectivas sillas a dos singulares pasos de la Semana Santa. Las ganas de sátira vienen de lejos en este grupo que ya el año pasado iban caracterizados como políticos de Unidas Podemos y de Vox —incluido Santiago Abascal a caballo— en Un pasito a la izquierda y un pasito a la derecha.