Son siete los denunciantes que iniciaron la causa por los abusos sexuales cometidos por el cura Justo José Ilarraz en Entre Ríos durante la década del 90. Y fueron los abogados defensores del sacerdote quienes intentaron hacer que la causa prescribiera con un pedido presentado ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Este lunes empiezan a declarar las víctimas, que al momento de los hechos tenían entre 10 y 14 años.
Las denuncias que recaen sobre Ilarraz son por abuso y corrupción de niñas, niños y adolescentes cometidos entre 1985 y 1993, período en el que el cura se desempeñaba como prefecto de disciplina del Seminario Arquidiocesano de Paraná.
Las primeras denuncias contra Ilarraz son de 1993. Ese año, el entonces arzobispo de Paraná autorizó al cura a viajar a Roma. Según una carta del Vaticano de 1997, Ilarraz reconoció haber cometido abusos ante el Tribunal Eclesiástico. En su confesión, aseguró haber tenido «relaciones amorosas y abusivas con seminaristas menores».
Sin embargo, la reacción de la Iglesia llegó cinco años más tarde que esa carta: los abusos del sacerdote fueron tapa de la revista Análisis en 2012, y fue recién en esa instancia que se le prohibió seguir al frente de las misas. La semana pasada, el arzobispado de Paraná pidió perdón y lamentó «profundamente el dolor y el sufrimiento padecido por las víctimas, sus familiares y allegados».
En esta causa, hay 75 testigos citados a declarar. Entre ellos, se cuentan 24 sacerdotes, 4 ex sacerdotes y 4 obispos: todos prestarán su testimonio por escrito.
Las declaraciones testimoniales de las víctimas tendrán lugar este lunes a partir de las 9, a puertas cerradas, y también habrá declaraciones el martes. Serán ante un tribunal conformado por los jueces Alicia Vivian, Carolina Catagno y Gustavo Pimentel, que entre el 7 y el 8 de mayo escucharán los alegatos de cada una de las partes. En total, habrá trece audiencias judiciales.