El descenso de la natalidad y el fomento del modelo privado se barajan como las principales causas de la precaria situación que se vive en los centros de la capital gaditana.
Casi el 70% de la educación en la ciudad de Cádiz está en manos de la educación concertada y privada, según las cifras que manejan desde Marea Verde Cádiz. Es una cifra apabullante, y en la que en buena medida influye el descenso de la natalidad que experimenta la capital gaditana. Y en los próximos años, la tendencia promete no mejorar: según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2023 nacieron en toda la provincia de Cádiz un total de 8.506 bebés, constituyendo la cifra más baja desde que existen registros en el INE.
Al descenso de natalidad, que es tan solo una de las caras de esta situación, se une que “en Andalucía, tras la llegada del Gobierno del Partido Popular se está apostando por un proceso de desmantelamiento absoluto de la educación pública”, según explica Miguel García, portavoz de Marea Verde Cádiz y docente.
García apunta que en los últimos años han cerrado diez centros públicos en la capital gaditana, además del cierre de líneas en colegios. Lo expresa también Raúl, padre de dos niños que acuden a centros públicos, y que participa también en las movilizaciones de Marea Verde y es miembro de Flampa Gades Cádiz, la federación de asociaciones de madres y padres de centros públicos de la ciudad: “En los lugares donde hay más posibilidad de negocio hay un ataque brutal a lo público”.
En respuesta a esta situación, desde Marea Verde llevan a cabo contundentes campañas en favor de la educación pública en redes sociales, poniendo el foco sobre todo en la necesidad de una escuela pública, gratuita y, también, laica.
La percepción de varias madres y padres consultadas por lavozdelsur.es es que el profesorado de los centros públicos está cada vez más saturado y ahogado por la creciente falta de recursos.
María Gallego es presidenta de la AMPA del CEIP Carlos III y madre de una pequeña de tres años, y explica la diferencia entre las líneas en la educación pública y la concertada así: “En el caso de la pública, el número de líneas se establece según el alumnado, y se revisa anualmente. En el caso de los concertados, se revisa cada cuatro años. Entonces, mientras nosotros cada año en la pública perdemos líneas con el argumento del descenso de la natalidad, las líneas de los concertados se reducen en cuatro veces menos”.
Pareciera, en lo que explican, que el descenso de la natalidad se emplea en ocasiones como excusa, y si bien es una realidad, no debiera suponer el empeoramiento de la atención, según denuncian.
Madres y padres de niños en centros públicos observan que el profesorado se encuentra desbordado ante el cierre de líneas y el aumento de la ratio
“El porcentaje de alumnado NEAE (Necesidades Específicas de Apoyo Educativo) en la pública está completamente descompensado; hay un gueto. Finalmente, el alumnado NEAE está en la pública y no en la privada concertada”, señala María.
Así, el profesorado debe atender a todos los alumnos, incluidos aquellos con necesidades educativas, con cada vez menos recursos, apunta; algo que va en detrimento de la calidad de la atención.
Por un lado, están los recortes en recursos; por otro, el fomento de lo privado desde las instituciones, optando por un modelo de mercado. Miguel García es claro al respecto: desde Marea Verde, observan que la demanda en los centros públicos se sostiene, pero se cierran líneas y se recorta en personal, mientras que en la concertada se mantienen, según señala.
Una visión similar tiene Ana Fernández, que fue concejala de Educación en el Ayuntamiento de Cádiz con José María González ‘Kichi’ y forma parte también de la Coordinadora Escuela Pública de Cádiz. “Pedimos que se eliminen los conciertos educativos. Surgen en los años 80, en un momento en que eran necesarios más centros educativos y el Gobierno no tenía capacidad de construirlos. Pero ahora no lo son. Reclamamos que exista la educación pública y la educación privada como existen en la mayoría de los países de Europa. Y, por otro lado, creemos que es imprescindible que se baje la ratio”, apunta.
“Esta situación afecta a toda la comunidad educativa. Afecta a las familias que quieren matricular a sus hijos en la pública y se ven abocadas a acabar matriculándolos en contra de su voluntad en los centros privados concertados; afecta al profesorado, que acaban desplazados, como van a acabar los maestros del colegio Adolfo de Castro que se cierra este año, y afecta al alumnado, porque las plantillas con las que trabajan van cambiando año a año”, apunta García.
Para Marea Verde, la educación privada y concertada “apuestan por reproducir las desigualdades del sistema”. Por ello, para protestar por esta situación y reclamar el blindaje de la educación pública, el próximo 27 de abril este colectivo convocará una manifestación en Cádiz, cuyos detalles concretos están aún por determinar.
La educación concertada se defiende: hay menos alumnos en general
Hasta hace poco, el número de unidades que había de la pública y la concertada estaba más o menos al 50%, pero el alumnado de la concertada en la ciudad de Cádiz está ahora por encima del 70%. Así lo explica Manuel Holgado, ex subdirector de Salesianos Cádiz.
Por tanto, el porcentaje parece mantenerse más o menos estable. “No es que haya cada vez más alumnado en la concertada, hay menos alumnos en general. También hay menos alumnos en la concertada”, apunta Holgado.
En torno al 70% del alumnado en la ciudad de Cádiz está actualmente en centros concertados
Sin embargo, desde el movimiento en defensa de la educación pública afirman que esa ampliación del margen de diferencia en los últimos años reside en que cada vez hay menos líneas de la pública, por esa revisión que explicaba María Gallego. Apuntan que, como consecuencia, muchas familias se ven obligadas, ante la falta de un centro público cercano, a matricular a sus hijos en un colegio concertado, a pesar de que preferirían uno público.
Ese cierre de líneas y recorte de recursos provoca que las clases se saturen y el personal se vea sobrepasado, y en consecuencia la atención empeora. Para Raúl, en ese sentido, la educación pública es “ese contrato colectivo que tenemos”; de ahí la importancia, recalca, de defenderla y protegerla.