«Nunca vi nada de mi pensión», dice el tetrapléjico que acusa al hermano Donaire
El tetrapléjico que denunció al director de la Casa de Reposo Nuestra Señora de la Salud de Teis, regentada por de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres, el hermano José Antonio Donaire, asegura que «no hubo acuerdo» para ceder a sus cuidadores toda su pensión no contributiva de 500 euros por invalidez total. «Nunca vi el dinero, no me enteré de nada», explicó esta mañana a la jueza del juzgado de lo Penal número 1 de Vigo.
El denunciante entró en silla de ruedas y el fiscal y los abogados tuvieron que ponerse a su lado para tomarle declaración debido a las dificultades de audición y comprensión de las preguntas.
La familia descubrió que cuando el tetrapléjico fue trasladado en agosto del 2010 a una residencia de la Xunta, el hermano Donaire, supuestamente, retiró 500 y 2.000 euros dos horas antes y dejó la cuenta a cero.
Dejar 30 céntimos
La familia, que también tenía acceso a la cuenta, acusa a Donaire, del que confiaban, de dejar sólo 30 céntimos de los ahorros del invalido, que estuvo atendido 16 años por los misioneros, desde 1994. Los familiares se quejan de que en el 2009 unos cuidadores no profesionales lesionaron al inválido al meterlo en la cama. Un primo trabajó de cuidador un año y dice que no puso en conocimiento las supuestas negligencias por miedo a perder su empleo y por ignorancia.
Por su parte, el hermano Donaire aseguró que había un acuerdo verbal para quedarse con toda la paga para el cuidado del inválido y para el mantenimiento de la casa. «Tenemos que dar de comer a 200 personas, retiramos el dinero de la cuenta según las necesidades», dijo. Este explicó que el tetrapléjico necesitaba cuidados y que él mismo esperaba al minusválido cuando volvía de ver los partidos del Celta a medianoche para limpiarlo y darle de cenar. Este lamentó que tiene poco personal, recibe escasas subvenciones y «trabajo en ocho o diez oficios» para mantener el albergue. «Si cerramos, los excluidos tendrían que buscar la vida», dijo.
Una allegada dijo que confiaba en Donaire y que «nunca creí que pasaría esto con una persona con sotana». Descubrió que la cuenta estaba a cero porque la dirección de la nueva residencia de la Xunta reclamaba el pago del primer mes y no había dinero. «Tenía 30.000 euros y lo que comía no valía 400 euros», replicó la allegada a la fiscal. Esta admitió que la paga del inválido no daba para cuidarlo en su casa pero sí era posible para Donaire porque tiene muchos ayudantes.
Derecho al 75%
La acusación particular dice que Donaire dispuso del 100 por ciento de la pensión pero sólo tenía derecho al 75 por ciento y además carecía de acuerdo previo. «Los familiares nunca sospecharon que Donaire iba a disponer de la totalidad de la paga», dijo la acusación. Niegan que el paciente tuviese atención privilegiada y no generaba más gastos que el resto de los internos. Reprochan la falta de control y de contabilidad de los misioneros.
La Fiscalía no acusa porque considera que las cantidades retiradas son «insuficientes» con los cuidados y atenciones recibidas por el discapacitado y recomienda la absolución de un delito de apropiación indebida. Destaca la labor humanitaria de los misioneros «con gran falta de medios» y el dinero se destinó al cuidado.
La defensa alega que la cantidad reclamada es de 17.400 euros, lo que equivaldría a 87 euros mensuales a lo largo de 16 años. Recordó su labor humanitaria sin medios pese a la herencia envenenada del castillo de Pambre, y que el albergue pasó las inspecciones de la Xunta.
Donaire recordó que no les llega con las ayudas públicas y precisan ayuda de colaboradores. «Ayer me levanté a las 3 de la madrugada porque la policía nos trajo a un señor, la casa siempre ha estado abierta», dijo. El caso ha quedado visto para sentencia. La acusación pide 3 años de cárcel para Donaire y 30.000 euros.
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