Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.

Juventud, islam y ciudadanía en Melilla y Ceuta

​Descargo de responsabilidad

Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:

El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.

Las desigualdades, las dificultades en el ámbito educativo y en la inserción profesional y la apuesta por un reconocimiento material y simbólico de la diversidad de las ciudades, definen la agenda de las asociaciones y de la participación de la juventud musulmana de Melilla y Ceuta en los diversos ámbitos de expresión ciudadana.

Conocer las dinámicas asociativas de la juventud musulmana de Melilla y Ceuta constituye un reto particular por la singularidad de las ciudades, su historia, por el contexto social y la realidad cotidiana de esta juventud. La primera evidencia que observamos en ambas ciudades es que se trata de una juventud musulmana que no es minoritaria en número como en el resto del país. Su religiosidad y su participación ciudadana se realiza en todo tipo de espacios, en unas ciudades que son diversas al resto del territorio por su situación geográfica e historia, por el pluralismo religioso presente en sus calles y en su patrimonio material e inmaterial, así como por las dinámicas sociales, culturales y políticas que de ello derivan. La juventud musulmana de Melilla y Ceuta no es ajena a los debates actuales sobre la relación entre religión y cultura, entre identidad y religión, religión y participación política o religión y ciudadanía. Sus preocupaciones y reivindicaciones son un reflejo de los debates —en ocasiones no abiertos, en ocasiones limitados a momentos muy concretos— que interpelan al conjunto de la ciudadanía en ambas ciudades, aspirando a participar y a dinamizar esos debates de modo diferente a como se viene haciendo.

En el marco del proyecto “Ciudadanía, juventud e islam” que desarrolló un equipo de investigación del Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos en 2021 con apoyo de la Fundación Pluralismo y Convivencia y de la Fundación UAM, se constató que las dinámicas desarrolladas por los jóvenes musulmanes en Melilla y Ceuta obedecían a una expresión de ciudadanía y de participación social distintas a las que se planteaban en otros territorios del Estado. Avanzadas de España también en cuestiones de pluralismo religioso y diversidad, el panorama mostraba un menor número de asociaciones que pudieran ser caracterizadas como de jóvenes musulmanes respecto al resto del país. Gracias a la firma de un convenio entre la Universidad Autónoma de Madrid y la Ciudad Autónoma de Melilla y gracias a una ayuda a la investigación del Instituto de Estudios Ceutíes ha sido posible la realización de un trabajo específico en la ciudad llevado a cabo en 2022 y 2023. Se exponen aquí algunas de las conclusiones del trabajo realizado en las dos ciudades.

Como tuvimos ocasión de debatir en una mesa redonda con jóvenes de diferentes confesiones celebrada en Melilla el 15 de noviembre de 2022, en la ciudad hay mucho trabajo por hacer. De manera generalizada, los jóvenes participantes, todos ellos activos en iniciativas comunitarias de base religiosa, se mostraron conscientes de la existencia de una diversidad religiosa en la ciudad, a la vez que reconocían que el conocimiento de primera mano y la interacción de unos con otros es muy limitado más allá de los espacios comunes de la escuela. Los jóvenes quieren reconocerse los unos a los otros, pero señalan que no se conocen entre ellos y que no hay espacios desde los que poder encontrar y construir proyectos comunes. Ello hace que las dinámicas de estos grupos de jóvenes con inquietudes de base religiosa se desarrollen hacia dentro de las propias comunidades sin interacción con otros. De manera particular, en este diálogo con el resto de jóvenes de otras confesiones, los jóvenes musulmanes ponían sobre la mesa que su identidad amazigh y su condición de musulmanes, elementos presentes en su vida cotidiana, están haciéndose poco a poco más visibles dentro de los espacios de ciudadanía, pero siguen siendo insuficientemente conocidos por el resto de la sociedad melillense. Como jóvenes, unos y otros coinciden en que las opciones de ocio juvenil y los espacios de encuentro son pocos en la ciudad y que los que hay están muy enfocados a determinado modo de divertirse y encontrarse con otros, no siempre acorde a sus inquietudes personales ni a sus posibilidades económicas, lo que reduce, sin duda, la posibilidad del encuentro, del conocimiento y del trabajo conjunto.

Por su parte, jóvenes musulmanes de Ceuta tuvieron también ocasión de abordar en una mesa redonda celebrada el 26 de octubre de 2023 los problemas e inquietudes que enfrentan en tanto que jóvenes y en tanto que musulmanes en el momento actual del país y, particularmente, de la ciudad. En un contexto que describen como de fuerte segregación espacial y simbólica, el activismo y las iniciativas asociativas que dinamiza la juventud musulmana ceutí trascienden el hecho religioso y se desarrollan en espacios de ciudadanía muy diversos, que van desde labores asistenciales en determinados barrios de la periferia, hasta acciones e iniciativas que buscan la incidencia política, pero también a actividades dirigidas al conjunto de la juventud musulmana relacionadas con el ocio alternativo, la motivación escolar o la promoción de ciertos valores como la ecología y el respeto por el medio ambiente. Los jóvenes denuncian la falta de reconocimiento institucional y de interlocución política, y exigen igualdad de oportunidades en favor de una convivencia real y efectiva. A la comunidad musulmana en su conjunto le piden mayor conciencia intracomunitaria y un trabajo colectivo coordinado que contribuya a mejorar la situación de desventaja social como grupo.

¿Cuál es el diagnóstico y cuáles las demandas de los jóvenes musulmanes de Melilla y Ceuta?

Los jóvenes musulmanes encuentran dificultades para su reconocimiento en el seno de las sociedades melillense y ceutí. Al igual que en el resto del Estado, las instituciones educativas son señaladas a la hora de reivindicar ese reconocimiento simbólico, pues es desde la infancia y en el seno de la escuela donde la juventud musulmana comienza a desarrollar una sensación de otredad, a menudo desde el cuestionamiento a su identidad religiosa, el estigma y la extranjerización. Si bien es difícil acceder a cifras oficiales, todos se refieren a las tasas de fracaso escolar en ambas ciudades y a las dificultades enfrentadas durante la escolarización, que tiene como resultado que solo una minoría de ellos cursen estudios superiores.

La relación con las mezquitas y la politización de la religión

Las tensiones generacionales y lingüísticas que la juventud musulmana señala en otros ámbitos se trasladan también a las mezquitas. Al abordar esta cuestión se indica, en primer lugar, la excesiva presencia del árabe como una realidad que transciende lo puramente lingüístico y que actúa como elemento que excluye y segrega a los jóvenes de la ciudad que no manejan la lengua. Los jóvenes señalan también que en estos espacios echan en falta un abordaje de las cuestiones relacionadas con el contexto social en el que viven, siendo las mujeres jóvenes las que expresan de manera más rotunda que se sienten, por lo general, excluidas de las actividades y del propio espacio de la mezquita. Aun así, la relación de los y las jóvenes de Melilla y Ceuta con las mezquitas se muestra distinta a la que se vive en otros contextos, pues frecuentan estos espacios con más asiduidad. Sin embargo, frecuentarlos no significa necesariamente participar en estos espacios, ni considerarlos como plataformas desde las que impulsar iniciativas de cambio social.

El islam en las identidades de la ciudad: cuestiones lingüísticas y culturales

La cuestión del tamazight y su reconocimiento y uso en la esfera pública, así como la cultura amazigh en general y su relación con la religión musulmana es un asunto muy presente entre los jóvenes de Melilla. Estas reflexiones se incluyen en un debate más amplio sobre la necesidad de separar religión y cultura propio del momento actual que vive la ciudad. La necesidad de reivindicar la lengua y la cultura amazigh más allá del fenómeno religioso como seña de identidad propia y original de la ciudad es uno de los puntos de fricción y tensión en el seno de la comunidad musulmana y se hace muy presente entre los jóvenes. Por un lado, hay un sector de la juventud musulmana que se inclina a identificarse y construir su identidad -y por ende la de la ciudad- en torno a la cultura amazigh, sin necesidad de relacionarla con la religión. Para ellos el islam pertenece a una esfera privada de su vida social y de su ciudadanía, mientras que consideran que lo amazigh articula mejor sus reivindicaciones como ciudadanos de Melilla. Tras esa reivindicación sobre la cultura amazigh hay también una reflexión sobre el modo en que esa cultura milenaria ha sido ocultada o relegada por una comprensión del islam como identidad global. Este sector de la juventud se siente alejado, e incluso en ocasiones señalado, por otros jóvenes musulmanes que, si bien comparten el reconocimiento y la promoción de la cultura amazigh como parte de la identidad de la ciudad, no defienden la separación entre cultura y religión, pues entienden que lo amazigh y lo islámico se retroalimentan, y que la cultura amazigh ha sido siempre vehicular de la religión islámica. Estos puntos de disenso en torno a la cuestión identitaria no son tan acentuados cuando se trata de reivindicaciones que atañen solo a la lengua, pues todos y todas reconocen que durante mucho tiempo había prejuicios sobre su uso en los espacios públicos y se refieren al rechazo o discriminación que sentían por ello. El debate está abierto.

La cuestión del islam como parte de la identidad de la ciudad también ocupa un espacio importante entre las preocupaciones y reivindicaciones de la juventud musulmana de Ceuta. Los y las jóvenes se identifican ante todo como musulmanes españoles y ceutíes, y lamentan que desde ciertos sectores de la sociedad se los extranjerice continuamente. La juventud musulmana reivindica su identidad ceutí a la vez que reivindica la identidad musulmana como parte de la idiosincrasia y la identidad de la ciudad, y pide a las instituciones y al resto de la sociedad que acepten que el islam es una parte fundamental de la identidad y de la historia de Ceuta. En este sentido, la militancia política y el activismo de muchos jóvenes musulmanes se enmarcan de manera mayoritaria dentro de los dos partidos políticos locales con representación institucional que, entre sus acciones, defienden la singularidad ceutí en términos históricos, identitarios y lingüísticos.

¿Cuáles son, pues, las principales conclusiones que se extraen de este diálogo con jóvenes musulmanes en Melilla y Ceuta?

Como sucede en el resto del país, la comunidad musulmana de Melilla y de Ceuta no puede ser definida desde la extranjería. Las dinámicas que se hacen visibles entre los más jóvenes son propias de una comunidad amplia y plural que se enfrenta a tensiones a nivel interno, pero también en el marco de la ciudad. El difícil acceso a puestos de trabajo en la Administración Pública, así como la poca presencia de miembros de la comunidad musulmana en algunos sectores de la sociedad ceutí son, para los más jóvenes, una muestra de la perpetuación de dinámicas de tiempos pasados, que incluyen que su españolidad se ponga en cuestión o que lo musulmán siga siendo asociado a lo extranjero. La juventud musulmana en ambas ciudades reflexiona y denuncia que, en muchos aspectos y espacios de la vida diaria, la vieja dicotomía cristianos-moros (siendo el término “cristianos” un sinónimo de “españoles”) sigue funcionando.

Para estos jóvenes se está en un momento de transición hacia un reconocimiento simbólico efectivo. Entre toda la pluralidad de demandas, inquietudes, orígenes y reivindicaciones que observamos en la juventud musulmana organizada subyace la necesidad de participar en una sociedad que los reconozca y en la que a su vez se sientan reconocidos. A lo largo de las conversaciones, son muchos los que exponen reflexiones sobre el momento de transición en el que se encuentran las ciudades. Si bien las relaciones intercomunitarias con los no musulmanes han avanzado en muchos aspectos respecto a tiempos anteriores -a los que todos hacen en un momento u otro referencia-, sigue habiendo divisiones y tensiones importantes. Si las generaciones anteriores, aún muy extranjerizadas por parte de la mayoría social, buscaban simplemente adaptarse, y vivían en consecuencia sin reclamar ni exigir en exceso, la juventud musulmana actual tiene el sentimiento de ciudadanía muy interiorizado. Para todos y todas está claro que en tanto sigan sufriendo discriminación y tengan dificultades para el acceso a sus derechos, seguirán peleando por ellos (acceso a la educación, reconocimiento de la pluralidad lingüística y religiosa en la escuela, disputa por el espacio público, discriminación en el acceso al empleo, etc.). A todas estas demandas subyace un anhelo colectivo por obtener el reconocimiento de la sociedad de la que forman parte que no termina de considerarlos en términos de igualdad ni tampoco una parte integrante y esencial de la Melilla y la Ceuta del siglo XXI.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share