La activista, conocida como ‘Betty’, afronta cargos de blasfemia por publicar una fotografía con el lema “Allah es lesbiana” | Se enfrenta a una pena de hasta cinco años de prisión
El juicio contra la activista feminista Ibtissam Lachgar, conocida como ‘Betty’, ha vuelto a poner sobre la mesa el difícil equilibrio entre libertad de expresión y respeto a la religión en Marruecos. La activista, de 50 años, fue detenida el pasado 10 de agosto tras publicar en redes sociales una fotografía en la que vestía una camiseta con la frase ““Allah is lesbian” (“Allah es lesbiana”).
La imagen estaba acompañada de un mensaje en el que aseguraba que “el islam, como cualquier ideología religiosa, es fascista, falocrático y misógino”. Sus palabras desataron una ola de reacciones encontradas: mientras algunos las consideran ofensivas, otros las defienden como parte de su estilo militante, similar al de movimientos feministas radicales como Femen.
Según ha informado EFE, la activista fue enviada a la prisión de Arjat, en las afueras de Salé, y mañana miércoles se reanuda su juicio en el Tribunal de Primera Instancia de Rabat.
Pena de hasta cinco años de cárcel
Lachgar está acusada de “atentar contra la religión islámica”, un delito recogido en el artículo 267-5 del Código Penal marroquí que contempla penas de entre seis meses y dos años de prisión, además de multas de hasta 200.000 dirhams.
Sin embargo, la sanción puede aumentar hasta cinco años de cárcel cuando el supuesto delito se comete por medios electrónicos, impresos o audiovisuales, como en este caso.
La abogada de la activista, Souad Brahma, que también preside la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), explicó a EFE que ya se solicitó su libertad provisional el pasado 14 de agosto, sin éxito.
Una trayectoria marcada por la defensa de libertades

Lachgar es una de las activistas más conocidas de Marruecos por su defensa radical de los derechos individuales. En 2009 cofundó el Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales (MALI), desde el que ha promovido campañas a favor de la legalización del aborto, la defensa de los derechos LGTBI y la despenalización de las relaciones extramatrimoniales.
Entre sus acciones más polémicas destacan el intento de organizar un desayuno público durante el Ramadán de 2009, una “besada” frente al Parlamento en 2013 en apoyo a adolescentes detenidos por besarse en público, y diversas campañas para reclamar el derecho al aborto.

La publicación de Lachgar no ha abierto un debate en torno a la homosexualidad, sino sobre los límites de la libertad de expresión frente a la religión en un país donde “Dios” figura junto a “patria” y “rey” como pilares del himno nacional.
El exministro de Justicia, Mustafa Ramid, de ideología islamista, aseguró en Facebook que “la libertad de expresión no incluye la burla a las creencias religiosas”, y pidió que la activista “sea cuestionada”.
Frente a esta postura, numerosas organizaciones han defendido la liberación inmediata de Lachgar. La sección de Rabat de la AMDH calificó su arresto como “arbitrario y contrario a los compromisos internacionales de Marruecos en materia de derechos humanos”.
“Estemos de acuerdo o no con ella, no se le puede negar su derecho a expresarse libremente”, declaró a EFE Hakim Sikouk, presidente de la sección de Rabat de AMDH, que mostró su solidaridad con la activista.
Movilización internacional y apoyo en redes

El caso también ha generado reacciones en redes sociales y medios internacionales. El periodista Abdellah Tourabi consideró la publicación como un acto “provocador e irresponsable”, aunque subrayó que “sigue siendo una forma de expresión y no justifica en absoluto que se la encarcele”.
Además, en la plataforma Change.org se ha lanzado una campaña de recogida de firmas para reclamar su liberación inmediata, resaltando que Lachgar es superviviente de cáncer y necesita tratamiento médico.
Varias organizaciones feministas, laicas y de derechos humanos han convocado manifestaciones diarias en apoyo a la activista, que se ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión en Marruecos.





