El arzobispo de Granada lleva dos meses al frente de la diócesis granadina y vive su primera Semana Santa en la ciudad
Habla de lo que se ha encontrado en la ciudad, del aislamiento ferroviario, del problema de los abusos en la Iglesia y del futuro
“Un cofrade tiene que ser un cristiano formado, no una fe de carbonero”
(…) -Desde 1996 no ha prosperado ninguna nueva asociación pública de la iglesia. ¿Está dispuesto a levantar el veto y dar pie a nuevas cofradías cuando sea necesario?
-Yo vengo de Castilla, de la sobriedad de la Semana Santa castellana y de la de Ávila, que especialmente sobria, y al igual que la de Granada tiene la catalogación de Interés Turístico Internacional. No se trata de más sino de mejor. En el amplio abanico de todas las hermandades y cofradías de Granada hay espacio para saber encontrar, con todas las advocaciones e imágenes tan bellas, para saber encajarse, entrar, a parte de que el tiempo y el espacio de la Semana Santa es limitado, no podemos tener Semana Santa todo el año.