El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, declaró ayer que se siente «sorprendido» por la «desproporcionada» reacción que ha tenido la Conferencia Episcopal al proyecto de Ley de Muerte Digna. A juicio del líder socialista, la Iglesia «exacerba las diferencias» con sus declaraciones y «silencia las coincidencias» en una ley «muy templada». «Es una norma para que, cuando sea irreversible la muerte, no haya que extremar el sufrimiento», aclaró el ministro.