El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ordenó este lunes una investigación gubernamental a la Iglesia de la Unificación, luego del asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, que reavivó el escrutinio sobre la secta.
El grupo ha estado en el centro de la atención debido a que se informó que el hombre acusado de matar a Abe estaba motivado por resentimiento contra esta iglesia, señalada de presionar a miembros para hacer grandes donaciones.
La secta, fundada en Corea del Sur por Sun Myung Moon, ha negado fallas en su actuar a pesar de que varios de sus antiguos miembros han criticado públicamente sus prácticas y revelado enlaces de la organización con figuras políticas que han ayudado a hundir las cifras de popularidad de Kishida.
Keiko Nagaoka, ministra de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología, dijo a los periodistas que por orden de Kishida la investigación “comenzará inmediatamente”.
La investigación podría conducir a una orden de disolución para la iglesia, lo que le quitaría a la congregación su estatus de organización religiosa exenta de impuestos.
Sin embargo, el gobierno se ha mostrado dubitativo sobre la posibilidad de emitir una orden de esa naturaleza contra la Iglesia de la Unificación, pues despierta preocupaciones acerca de la libertad religiosa.