Convencido de que “una pancarta o un eslogan no va a solucionar nada”, el biólogo y divulgador regresa en plena pandemia con ‘Ecologismo real’, un libro en el que arremete contra el catastrofismo y en el que recopila “lo que la ciencia dice que puedes hacer para conservar el planeta”.
“Cuidar el medio ambiente puede ser muy fácil, se pueden hacer muchas cosas y sobre todo, se puede llegar a ahorrar bastante dinero”. Es el mensaje que el biólogo molecular y divulgador José M. Mulet lanza a todos los ciudadanos preocupados por la crisis ambiental que vive el planeta. Convencido de que “una pancarta o un eslogan pegadizo no va a solucionar nada”, el autor de Comer sin miedo o Medicina sin engaños llega en plena pandemia con Ecologismo real (Destino), un libro en el que ha intentado recopilar “todo lo que la ciencia dice que puedes hacer para conservar el planeta y los ecologistas no te dirán nunca”.
En su libro se muestra crítico tanto con organizaciones conservacionistas como con gurús del cambio climático como Al Gore, al que reprocha “consumir electricidad equivalente a la de 20 familias”, o con ecologistas declarados como Carlos de Inglaterra, “que tiene una marca de productos ecológicos y viaja en helicóptero para dar conferencias sobre el decrecimiento, una teoría que dice que la solución para el medio ambiente es que todos seamos pobres. No es muy congruente en una persona que tiene tres castillos diga eso”, reflexiona durante una entrevista telefónica.
“Yo no quiero que la gente se mortifique, yo quiero que la gente haga su vida normal, que no renuncie a nada porque eso no es incompatible con proteger el medio ambiente”, asegura el investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas.Durante la pandemia hemos tenido que cambiar a la fuerza muchos hábitos, algunos con impacto ambiental. ¿Fue durante el confinamiento cuando decidió escribir este libro?Estaba pensado desde antes pero aproveché el teletrabajo para acabar de escribirlo y hay alguna reflexión relacionada con la pandemia. Hemos descubierto que se puede teletrabajar, que es una gran opción para el medio ambiente porque el mejor desplazamiento es el que no se hace. De hecho ya vimos cómo la calidad del aire de las ciudades mejoró muchísimo cuando se limitaban los desplazamientos. Igual alguna cosa podemos aprender para el futuro.En su libro argumenta que comprarse un coche eléctrico ahora mismo supone cambiar las emisiones que generamos de un sitio a otro. ¿Qué tipo de coche recomendaría?Lo primero es pensar si realmente necesitas comprarte uno. Calcula bien cuánto te va a costar y cuánto tiempo lo vas a utilizar porque te puede suele salir más barato alquilarlo cada vez que lo necesites. Lo sé porque yo fui capaz de vivir tres años sin coche alquilándolo cuando me hacía falta y te aseguro que te ahorras una pasta. Pero si el cálculo indica que tienes que comprarte un coche, a día de hoy lo mejor y más práctico es uno híbrido. En el momento en que la electricidad no dependa del carbón, del petróleo y del gas como depende ahora ya podríamos hablar de coches eléctricos.Está aumentando en la ciudad el uso de bicis y patinetes eléctricos. ¿Cómo valora estos medios de transporte?Los veo muy bien porque las bicis y, un poco menos, los patinetes eléctricos porque tienes que cargarlos de electricidad, ocupan muy poco espacio. Si la gente los usara en vez de ir en coches en los que muchas veces viaja sólo una persona, probablemente no habría atascos. Es verdad que muchas ciudades no estaban adaptadas para la bici o el patinete y sus usuarios se jugaban la vida por los coches, y los peatones al ir por las aceras. Ahora es más seguro, así que creo que son opciones muy buenas que hay que fomentar pero, por favor, que se respeten los pasos de peatones.Ir a la compra también es un reto para la gente que se preocupa por el ambiente. Hay un montón de etiquetas, las oficiales y otras: ecológico, orgánico, biológico, cero residuos, plastic free… ¿en cuáles aconsejaría fijarse?En ninguna, yo le diría a la gente que no se deje marear por esas etiquetas porque ninguna garantiza realmente que el producto sea más respetuoso con el medio ambiente. De hecho, ni siquiera la de ‘ecológico’ porque hace referencia sólo al método de producción. Si se permite que unos kiwis cultivados en Nueva Zelanda se vendan en Europa como ecológico pues ya ves que no te dice nada del medio ambiente. Yo aconsejaría comer más fruta y verdura, y que ésta sea de temporada y proximidad, y sobre todo, que consumir más productos frescos y menos procesados. Eso no solo es una mejora para el medio ambiente, en la mayoría de los casos también para su salud y para su bolsillo.Considera también una incongruencia el algodón que se vende como orgánico pero necesita gran cantidad de agua para su cultivo.
El algodón ecológico es un cultivo que necesita no sólo mucha agua, también gran cantidad de pesticidas. Curiosamente el algodón más respetuoso con el medio ambiente es el transgénico. Así que ese sello no garantiza nada. Y por otro lado, el algodón es útil por supuesto para la ropa. Cuanto más tiempo la lleves mejor pero las bolsas de algodón para hacer la compra o llevar comida no tienen nada de ecológicas ni son seguras.