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Ilustración de Cristina García.

[Italia] La estafa de un “Estado teocrático antártico” inexistente a cientos de personas en Italia

Por una cifra entre 200 y 1.000 euros se podía adquirir la ciudadanía de una entidad estatal falsa que prometía beneficios fiscales y legales para burlar la burocracia y las leyes italianas

Una casa anónima, una de las pocas independientes y bien cuidadas, en medio de las calles desoladas y destartaladas que separan decenas de altos bloques de viviendas de una de las zonas más degradadas de la ciudad de Catanzaro, la capital de Calabria, en el sur de Italia. En este lugar sin muchas pretensiones, entre aceras rotas y basura en la maleza, se encontraba una de las sedes de representación del “Soberano Estado Teocrático Antártico de San Jorge”, una entidad estatal inexistente que se presentaba, en cambio, como un reino de las maravillas capaz de otorgar a sus “ciudadanos” títulos nobiliarios, pasaportes y papeles para obtener beneficios varios, burlando las leyes italianas. A los fundadores de este Estado fantasma les ha bastado con una página web –que ya no existe– y publicaciones en Facebook de boletines del Estado, una constitución, dos periódicos inventados y documentos con membretes tan coloridos como falsos para engañar a cientos de personas.

El fantasioso entramado paraestatal salió a la luz el pasado jueves cuando, tras una investigación coordinada por la Fiscalía de Catanzaro, 12 personas han acabado en arresto domiciliario. Las acusaciones son de asociación criminal, estafa, fabricación de documentos falsos y lavado de dinero. Entre los detenidos hay un exgeneral de la Guardia di Finanza, la policía fiscal de Italia, y un exmariscal de los carabinieri, ambos jubilados. El primero aparecía en los papeles como ‘príncipe’, jefe del Estado inexistente. Hay además otras 30 personas investigadas en una red que tenía ramificaciones en toda Italia.

Una de las publicación del boletín «oficial» del Estado fantasma.

Al menos 700 personas han sido estafadas con la promesa de beneficios fiscales y legales. Por una cifra de entre 200 y 1.000 euros era posible adquirir la ciudadanía de este territorio fantasma cuya capital virtual se ubicaba en la “estación de Santa Ana”, un lugar de la Antártida identificado por las coordenadas latitud 75°34′ S y longitud 140° O, tal y como aparece en la página de Facebook de la organización, aún activa. Las promesas más atractivas eran las ventajas fiscales, con impuestos del 5% sin tener que tributar en Italia o la posibilidad de seguir ejerciendo para médicos expulsados o suspendidos por el colegio profesional.

Pertenecer al “Estado Antártico” también permitía saltarse las vacunas obligatorias, una garantía falsa pero atractiva para la minoría antivacunas durante la pandemia de la COVID. Los investigadores han documentado además al menos dos casos de ventas de terrenos en Antártida con la adquisición anexa de títulos nobiliarios. Los investigados también habrían pedido dinero a los “ciudadanos” del nuevo e inexistente Estado para comprar la isla griega de Kouneli y tener una territorialidad más concreta. En total habrían recolectado unos 400.000 euros a través de una entidad bancaria maltesa.

Una página de Facebook y pasaportes falsos

En la página de Facebook del Estado falso también están las deliberaciones y los documentos que las “autoridades” usaban para acreditar su propia existencia, así como ejemplares de los dos diarios “locales”, las cabeceras Teocrazia y The Antartic Tribune, donde con una gráfica chillona y simple se publicaban mensajes de los representantes del Estado o las felicitaciones en ocasión de las fiestas católicas. La página existe desde 2015 pero en los documentos, la fundación del “Estado” se remonta a 2011.

“Dios está con nosotros. El Estado de San Jorge hacia una teocracia pura al servicio de los pobres”, se lee en una de las publicaciones sobre la imagen de la Virgen. Buceando en la página se ven las peticiones de información de varias personas acerca del procedimiento para convertirse en ciudadanos del Estado o incluso obtener un “visado de trabajo” (¡en la Antártida!). La respuesta siempre es la misma: “Le rogamos que nos envíe un correo electrónico y le daremos todas las informaciones”.

Más allá de los detalles pintorescos, la red también había sido capaz de fabricar documentos como pasaportes o DNI diplomáticos usados en Italia y el extranjero también para gestionar operaciones de tráfico de drogas, según los investigadores. En una ocasión, según las declaraciones de uno de los investigados, un miembro de la trama se había jactado de haber conseguido pasar los controles en el aeropuerto de Tenerife con esa documentación falsa.

La calle donde se encontraba la sede de representación del falso estado. M. Paone

La investigación, que desembocó la semana pasada en las detenciones en la operación policial denominada L’Isola che non c’è [la isla que no existe] empezó en abril de 2021 durante una intervención policial precisamente en la sede de representación del Estado en viale Isonzo, en Catanzaro, donde dos personas se presentaron como ministros del inexistente Estado. Las pesquisas también llevaron a la detención hace un año de un médico antivacunas que difundía bulos sobre la COVID y fue acusado de homicidio involuntario por haber prescrito una terapia alternativa a un paciente que luego murió. El hombre pretendía crear un colegio de médicos del Estado antártico de San Jorge con profesionales que habían sido expulsados o suspendidos por las autoridades italianas.

En un post en Facebook de junio de 2021, aún visible, posterior a la operación policial de abril del mismo año, el abogado defiende la actuación de los investigados y confirma la existencia del estado fantasma, añadiendo como prueba un acuerdo efectivamente suscrito en 2019 entre la entidad y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (ECOWAS), un documento sin contenidos jurídicos vinculantes, que la organización presentaba como un reconocimiento formal por parte de los Estados africanos. Uno más de los giros de una trama surrealista, “en la frontera entre lo penalmente relevante y el ridículo”, según el juez que ha dispuesto las medidas cautelares.  

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