El cementerio de Mamilla data del siglo XII y en él se siguió enterrando hasta la ocupación israelí de Jerusalén occidental, en 1948
Nuevo conflicto religioso en Israel a costa de la construcción de un Museo de la Tolerancia, cuya ubicación está planeada sobre uno de los cementerios musulmanes más antiguos de Jerusalén, el de Mamilla. El caso ha sido denunciado este miércoles en Ginebra por un grupo de descendientes de los difuntos enterrados en el lugar y por organizaciones pro derechos humanos.
El proceso no es nuevo, ya que se inició hace cinco años, tiempo en el que se han exhumado "cientos de restos humanos en el proceso de construcción", según denuncia Rania Madi, representante del grupo de descendientes. Este colectivo ha pedido a la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, que ponga fin "a la profanación y destrucción" del cementerio.
Frank Gehry, el arquitecto del edificio, se retiró del proyecto en enero
También exigen que se investigue "para conocer qué suerte han corrido" los restos y que "vuelvan a ser enterrados en coordinación con las autoridades musulmanas competentes". Este grupo quiere además que se declare el cementerio como lugar cultural protegido, ya que data del siglo XII y allí se siguió enterrando hasta el año 1948, cuando Israel ocupó la región occidental de Jerusalén.
La oposición a su construcción no procede sólo del lado musulmán. La activista y periodista israelí, Yael Lerner, aseguró que muchos israelíes "consideran este proyecto como un chiste de humor negro". Lerner afirma que muchos de los que defienden la ocupación de los territorios palestinos "piensan que es chocante y absurdo".
Hasta el arquitecto Frank Gehry, encargado de diseñar el edificio, decidió retirarse del proyecto en enero en oposición a su construcción sobre el cementerio.
"Ya no nos quedaba otra opción. Hemos agotado todas las vías legales en Israel para frenar el proyecto, pero el Tribunal Supremo lo aprobó y el Gobierno israelí rechazó poner freno a la profanación y a la exhumación de restos humanos", declaró Madi, tras haber acudido también al director general de la UNESCO para hacer presión internacional.
La petición está firmada, además de por varias ONG y por 60 personas que han demostrado que sus antepasados están enterrados en Mamilla. Se incluye además una declaración jurada de Gideon Suleimani, arqueólogo jefe de la Autoridad Israelí de Antiguedades, quien testifica cómo llevó a cabo "las mayores y más complejas excavaciones" de su carrera.