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lápidas profanadas por judíos en cementerio anglicano de Jerusalén

[Israel] Judíos fundamentalistas profanan un cementerio cristiano anglicano en Jerusalén

Es el último de una serie de ataques de intimidación contra los cristianos

Tumbas abiertas y lápidas rotas en el cementerio protestante, propiedad de la Iglesia Anglicana. Ese es el resultado del nuevo acto de profanación de un cementerio cristiano en Israel. Un video muestra a dos personas con kipás que entran en el lugar y lo profanan.

Un nuevo y grave episodio de intolerancia religiosa tuvo lugar ayer en Israel, mientras continúa la polémica por el «paseo» por la Explanada de las Mezquitas del ministro de Seguridad Itaman Ben-Gvir, condenado por el mundo árabe y gran parte de la comunidad internacional. Vándalos no identificados dañaron varias tumbas en el cementerio protestante de la Iglesia anglicana en el Monte Sión, en Jerusalén; un video muestra a un grupo de personas, aparentemente judíos, destruyendo las lápidas.

En una nota, la policía explica que llegó al lugar tras recibir una denuncia de vandalismo, acompañada de imágenes que muestran lápidas tiradas y partes de mampostería dañadas. En el vídeo de la cámara de seguridad grabado el 1 de enero a las 3:25 de la tarde -que se publicó en las redes sociales- se pueden ver a dos hombres, aparentemente judíos ataviados con kipás, golpeando lápidas y arrojando piedras a las tumbas.

El entonces obispo anglicano de Jerusalén, Samuel Gobat, inauguró el cementerio en 1848 y hoy es propiedad de la Church Missionary Trust Association Ltd., una organización anglicana. Ya hace tiempo que los dirigentes cristianos de Tierra Santa están alertando sobre una escalada del radicalismo de matriz judía que amenaza la supervivencia misma de las comunidades. En diciembre de 2021 los patriarcas y jefes de las Iglesias de Jerusalén emitieron una durísima nota conjunta en la que advertían sobre el peligro que representan los grupos radicales cuyo objetivo es «reducir la presencia cristiana».

Lo ocurrido en el Monte Sión es solo el último de una larga serie de ataques de intimidación, algunos de los cuales están firmados «price tag» [el precio a pagar, ndr] y son atribuibles a colonos o extremistas judíos. Ya han atacado varios objetivos, como la iglesia que está cerca del cenáculo, la basílica de Nazaret o edificios católicos y ortodoxos griegos. También se encuentran en la mira las mezquitas y lugares de culto musulmanes. El «price tag» es un lema que usan los extremistas israelíes para amenazar a cristianos y musulmanes por haberles «arrebatado sus tierras». Antes el fenómeno solo se veía en Jerusalén y en las zonas que limitan con Cisjordania, pero hoy se ha extendido a una gran parte del territorio.

Entre tanto no se aplaca el repudio internacional por el gesto «provocativo» que protagonizó ayer por la mañana el ministro de Interior israelí, quien visitó la Explanada de las Mezquitas escoltado por un gran número de agentes y partidarios. A pedido de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y China mañana debería reunirse el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para discutir el tema. Condena internacional unánime (desde Europa hasta Estados Unidos, pasando por el mundo árabe) por un gesto que los palestinos -tanto Hamás como la Autoridad Palestina- han calificado como una «provocación sin precedentes».

El portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Ned Price, manifestó su «profunda preocupación» por las acciones «unilaterales» que podrían, al menos potencialmente, «exacerbar las tensiones». «Estados Unidos -añadió- defiende con firmeza la preservación del status quo en los lugares santos de Jerusalén». Una de las primeras consecuencias del «paseo» de Ben-Gvir es el aplazamiento del viaje del primer ministro Benjamin Netanyahu a Emiratos, previsto para la próxima semana. Un dolor de cabeza para el jefe del ejecutivo que acaba de asumir, quien ha asegurado en reiteradas oportunidades que quiere mantener la estabilidad en el Monte del Templo, al tiempo que rechaza la intimidación de Hamás contra la que el ministro de Seguridad ha amenazado con usar «puño de hierro».

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