En un mensaje, la reina pide a la iglesia anglicana escocesa que ayude a «mantener junta a la población» y a «salvaguardar los intereses de los más vulnerables»
La reina Isabel II hizo una inesperada intervención en el debate sobre el referéndum de independencia de Escocia al destacar la necesidad de "sanar divisiones" y trabajar por el bien de la región. La reina ha enviado una carta a la Iglesia anglicana de Escocia en la que subraya el papel que puede desempeñar para ayudar a resolver las divisiones abiertas por el cada vez más agrio debate sobre la independencia escocesa.
Isabel II, de 88 años (y que en 2012 cumplió 60 años en el trono) no había entrado hasta ahora en público en el debate sobre Escocia. El 18 de septiembre los escoceses votarán en referéndum si ponen fin a 307 años de la unión con Inglaterra y abandonar el Reino Unido. El líder escocés, Alex Salmond, ha asegurado que quiere mantener a la reina como jefe de Estado en el caso de que los ciudadanos optasen por la independencia.
De momento, los sondeos muestran que la mayoría de los escoceses todavía están en contra de la independencia; pero la brecha entre los dos campos se está reduciendo poco a poco y la temperatura del debate está aumentando.
En este contexto, la reina de Inglaterra ha enviado un mensaje a la reunión de la Asamblea Generqal de la iglesia anglicana escocesa, en el que pide a la gente de fe y buena voluntad trabajar unida por el bien de Escocia, más allá del resultado del plebiscito sobre la independencia. El mensaje, cuyo contenido han divulgado este domingo los medios, fue enviado cuando faltan cuatro meses para el referéndum, en el que podrán votar los mayores de 16 años que vivan en la región. "En este importante año del referéndum, rezamos para que, cualquiera sea el resultado, la gente de fe y la gente de buena voluntad trabajen juntas por el bien social de Escocia", señala el mensaje.
"También reconocemos el importante rol que la iglesia puede tener en mantener junta a la población de Escocia, en sanar las divisiones y en salvaguardar los intereses de los más vulnerables", añadió.
Aunque Isabel II es la cabeza de la Iglesia de Inglaterra, ella no tiene ese papel en Escocia. La reina tiene el derecho de asistir a su Asamblea General, pero no a participar en sus deliberaciones.
La reina Isabel II de Inglaterra, en una ceremonia en Westminster.REUTERS
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