La tensión entre Irán y Arabia Saudita suma un nuevo capítulo ante la prohibición del régimen persa a sus ciudadanos a realizar la peregrinación musulmana anual a la Meca, en septiembre próximo.
La decisión de Teherán se produjo luego de varias rondas de negociaciones fallidas entre funcionarios de ambos países, según informó este domingo la televisión estatal iraní.
Esto significa que miles de iraníes no podrán hacer su viaje espiritual al sitio de peregrinación principal del islam.
Ali Jannati, ministro de Cultura persa, señaló que «los peregrinos no serán enviados a los sitios sagrados musulmanes de La Meca y Medina, debido a los obstáculos creados por las autoridades sauditas».
En un comunicado, la organización de la Hajj (peregrinación) iraní criticó a Arabia Saudita, y acusó al reino de no cooperar. «Se ha perdido demasiado tiempo, y ahora es demasiado tarde para organizar la peregrinación», reza la misiva.
El ministerio saudita de Hajj y Umrah, en tanto, apuntó contra Irán y lo responsabilizó por negarse a firmar un acuerdo de resolución de problemas. «Ellos serán responsable delante de Dios Todopoderoso y de su gentepor la incapacidad de realizar la Hajj este año».
Riad y Teherán mantenían desde hace meses difíciles conversaciones para fijar las condiciones de la organización del gran peregrinaje previsto este año para septiembre.
«El Hajj no puede politizarse», consideró Adel al Jubeir, ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita.
«Irán reclamó el derecho de organizar manifestaciones… y de tener privilegios (…) que crearán el caos durante el Hajj. Esto es inaceptable», añadió.
En 1987, una manifestación de peregrinos iraníes a la Meca terminó en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad sauditas, provocando 402 muertos, 275 de ellos iraníes.
Desde entonces, los peregrinos persas se han acostumbrado a manifestarse por su parte durante el Hajj, para evitar el contacto con las fuerzas de seguridad de Arabia Saudita.