La investigación revela que, entre 1960 y 1992, los abusos ocurrieron durante vacaciones organizadas por la Iglesia Católica o visitas escolares
Un informe filtrado ha sacado a la luz décadas de abusos sexuales cometidos por monjes pedófilos en la isla de Caldey, un pintoresco lugar frente a la costa de Pembrokeshire (Gales). Más de 50 niños, algunos de apenas tres años, fueron víctimas de violaciones y otros abusos mientras visitaban esta remota isla, conocida por su abadía trapense y su atractivo turístico.
La investigación revela que, entre 1960 y 1992, los abusos ocurrieron durante vacaciones organizadas por la Iglesia Católica o visitas escolares.
Los monjes, entre los que se incluían también hombres con antecedentes penales que se unían al monasterio sin ningún tipo de control, se aprovecharon de su posición para atacar a los menores. Utilizaban nombres religiosos falsos para ocultar sus identidades y perpetrar estos delitos.
Una revisión independiente, liderada por Jan Pickles, excomisionada adjunta de policía en Gales del Sur, recopiló testimonios de 17 sobrevivientes que describieron cómo sus denuncias fueron ignoradas por autoridades eclesiásticas, profesores y la policía. Según Pickles, los monjes fueron «imprudentes» al no detener los abusos y mostraron una actitud «hostil y cruel» hacia quienes se quejaron.
Entre los perpetradores destaca el padre Thaddeus Kotik, un monje polaco que utilizaba animales, dulces y regalos para atraer a los niños antes de abusar de ellos en las décadas de 1970 y 1980. Kotik murió en 1992 sin haber sido investigado por la policía.
El padre Jan Rossey, el nuevo abad de la abadía de Caldey, fue quien encargó la revisión y se ha comprometido a ser más transparente en este tema.
