Magistrados italianos sospechan que un cardenal del Vaticano habría desviado 30 millones de euros en fondos estatales destinados a un hospital de niños para salvar una institución de la iglesia y que mantuvo la operación fuera del conocimiento del papa Francisco, reportaron medios locales el sábado.
Tanto el cardenal Giuseppe Versaldi como el hospital Bambino Gesu negaron cualquier accionar ilegal en comunicados separados.
Importantes periódicos italianos dijeron que magistrados en la ciudad sureña de Trani sospechaban que ambos violaron leyes sobre el uso indebido de fondos públicos.
Los jueces del sur pidieron a sus colegas de Roma que inicien una investigación.
Los reportes estuvieron basados en documentos filtrados de magistrados, que incluyen transcripciones de teléfonos intervenidos de la policía que surgieron de otra investigación sobre la bancarrota fraudulenta de una institución de salud en el sur del país.
Agregaron que Versaldi y el ex presidente de Bambino Gesu Giuseppe Profiti acordaron desviar 30 millones de euros (34.07 millones de dólares) de los 80 millones de euros que el Senado italiano había destinado al hospital pediátrico de Roma Bambino Gesu en 2014.
Los magistrados sospechan que el dinero habría ido en cambio a salvar el Istituto Dermatologico dell’ Immacolata (IDI), una clínica dermatológica en Roma propiedad de una orden católica.
En ese momento el IDI fue declarado en bancarrota después de acumular pérdidas de más de 600 milones de euros y se arriesgaba a ser cerrado.
Según grabaciones telefónicas de una conversación entre Versaldi y Profiti, éstos supuestamente acordaron mantener el tema fuera del conocimiento del Papa en una reunión con él en febrero, informaron los periódicos.
Versaldi, quien entonces era el director del departamento económico del Vaticano, dijo en un comunicado enviado a agencias de noticias italianas que no había mantenido nada en secreto del Papa, sino que quería evitarle los detalles técnicos de una operación financiera para salvar el IDI.
Bambino Gesu, que fue donado al Vaticano en 1924 y es considerado uno de los mejores hospitales pediátricos de Italia, dijo en un comunicado que «negaba categóricamente» los reportes y que no se había desviado «ni un solo euro».
Muchos hospitales en Italia asociados a la iglesia reciben fondos estatales debido al papel que juegan en el sistema general de salud del país.