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Interior vigila 1.000 mezquitas, y marca al 15% como puntos calientes de captación ‘yihadista’

Aunque Internet sigue siendo el principal foco, los servicios antiterroristas no descuidan el millar de centros de culto que hay en España.

Cataluña, Andalucía, Ceuta, Melilla, Comunidad Valenciana y Madrid son las comunidades que albergan mayor número de oratorios.

Algunas de las últimas operaciones contra el terrorismo ‘yihadista’ han revelado que las mezquitas siguen siendo puntos de captación.

 

Internet y las redes sociales son el principal escenario hoy de propaganda, captación y radicalización ‘yihadista’, pero los servicios antiterroristas españoles no han bajado la guardia en otro escenario caliente, granero también del ‘yihadismo’: las mezquitas y oratorios. El Ministerio del Interior ha redoblado sus esfuerzos y ha ordenado un control más exhaustivo de los 1.000 centros de culto que hay en España: mezquitas, locales, incluso pisos. La labor es complicada, ya que Interior estima que en un 15% de estos centros se mueven ideas radicales. Cataluña, Andalucía, Ceuta y Melilla, Comunidad Valenciana y Madrid son las regiones donde más se ha puesto el foco. ¿Qué se intenta detectar en estos centros? A los “captadores”, radicales que buscan y seleccionan a personas susceptibles de vivir un proceso de radicalización.

Lo que está claro es que el Estado Islámico o DAESH (acrónimo de Al Dawla al Islamiya fil Irak wal Sham) ha encontrado en Internet una poderosa red de propaganda. A través de la Red los terroristas mueven con gran rapidez sus mensajes y sus vídeos, que llegan a todas las partes del mundo. Luego las redes sociales y los foros restringidos permiten la captación e interrelación de radicales, su adoctrinamiento e incluso su entrenamiento. Pero fuera de Internet, los servicios antiterroristas saben que los centros de culto, como las mezquitas o los oratorios instalados en locales y viviendas, siguen siendo también otro punto caliente, donde los “captadores” buscan y seleccionan de forma discreta a individuos susceptibles de iniciar un proceso de radicalización.

En España viven 1,85 millones de musulmanes (datos de 2014), un 7% más que el año anterior. El 40% son de origen magrebí, y el 39% tiene la nacionalidad española. En cuanto a la cifra de comunidades religiosas islámicas hay registradas unas 1.300, según datos de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE). El Observatorio del Pluralismo Religioso cifra en 1.312 los centros de culto musulmanes (datos de junio de 2014). Fuentes antiterroristas consultadas aseguran que es muy difícil que los procesos de radicalización se produzcan en las mezquitas, “ya que hay muchas miradas”, y que lo que se busca vigilando estos centros de culto no es el adoctrinamiento, sino la captación, la selección de posibles ‘yihadistas’. “Es el primer paso de un proceso lo que se vigila”.

Riay Tatary, portavoz de UCIDE, señala a 20minutos que no puede opinar de un plan policial que no conoce, pero asegura que las mezquitas no tienen nada que ver con la violencia: “los imanes saben detectar y remediar los procesos de radicalización. Es Internet el principal enemigo”. Para la Fiscalía Coordinadora de Terrorismo ‘Yihadista’ aunque es cierto que los centros de culto han dejado de ocupar el lugar prioritario de captación que antaño tenían, en torno a las mezquitas los captadores siguen desplegando actividades de proselitismo que hay que vigilar y tener en cuenta.

La ‘Brigada Al Andalus’, en la mezquita de la M-30

Es cierto que la presión policial sobre las mezquitas, iniciada en 2004 tras los atentados del 11-M, hizo que se redujera en estos centros la actividad de reclutamiento y adoctrinamiento, pero la irrupción con fuerza de la amenaza del Estado Islámico ha provocado que Interior intensifique la vigilancia no solo en Internet, sino que también la retome en los centros de culto. La mejor prueba fue la desarticulación en junio del año pasado de la “Brigada Al-Andalus”, que se dedicaba a captar ‘yihadistas’ en la mezquita de la M-30 para enviarlos a Siria. Logró enviar al extranjero a nueve ‘yihadistas’. En la operación, la Policía detuvo a nueve personas, de las que dos hacían las funciones de “captadores” o “reclutadores” en la cafetería de la mezquita de la M-30. Uno de los ‘yihadistas’ que consiguió llegar a Siria había sido imán de la mezquita de Yunquera de Henares (Guadalajara).

En marzo de 2014 otra operación policial acabó con la red de Mustafá Maya Amaya (belga de padres españoles), según Interior uno de los mayores reclutadores de ‘muyahidines’ de Europa, que se había hecho con el control de varias mezquitas en Málaga y Ceuta, centros que utilizó para radicalizar a sus seguidores y enviarlos a Siria, Irak y Malí. Detenido en Melilla, había captado a decenas de ‘yihadistas’ (sobre todo franceses y marroquíes) para que viajaran a esas zonas de conflicto.

Cataluña, Andalucía, Ceuta y Melilla, Comunidad Valenciana y Madrid son las comunidades que albergan mayor número de templos de esta confesión, y son, por tanto, las regiones más controladas. En Cataluña hay unos 50 oratorios salafistas (doctrina islámica ultraortodoxa, caldo del cultivo del ‘yihadismo’). Por ejemplo, de las 40 mezquitas que hay en Ceuta, el 60% están vinculadas al movimiento ‘Tabligh’, que sin ser una corriente ‘yihadista’ su carga doctrinal facilita la radicalización. Como ya publicó este diario, hasta el FBI estadounidense ha puestos sus ojos en Ceuta, un foco ‘yihadista’ a 170 km de su base militar de Rota (Cádiz).

La mezquita ‘Al Salam’, más conocida como la ‘mezquita blanca’, situada dentro del peligroso barrio melillense de La Cañada de Hidum, es uno de los templos especialmente calientes. Era lugar de rezo de los seis detenidos el 30 de mayo de 2014, acusados de enviar una treintena de combatientes a Malí y Libia. También era lugar de encuentro para los dos hermanos arrestados el 24 de febrero de 2015, los hermanos Ismael y Belaid, que reclutaban a mujeres para el Estado Islámico. Hacían apología de tácticas terroristas, con especial hincapié en el acto de martirio.

Retornados y ‘lobos solitarios’

El año pasado las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado detuvieron a 46 personas relacionadas con el terrorismo ‘yihadista’. Se realizaron siete grandes operaciones policiales. En lo que llevamos de año Interior cifra en 29 los arrestados. Durante todo 2014, Policía Nacional y Guardia Civil detuvieron a 12 retornados, todos ellos procedentes de Siria, excepto uno que lo hacía de Malí. En julio del año pasado, los servicios antiterroristas habían detectado a 29 españoles o extranjeros residentes en España combatiendo en Siria. Interior elevó en agosto la cifra a 51, aunque Interpol la rebajó a 39 en diciembre de 2014. Se calcula que hay más de medio centenar. Los ficheros compartidos de Interpol tienen registrados que 17 combatientes ‘yihadistas’ procedentes de España fallecieron el pasado año en Siria e Irak.

Aunque se está poniendo el foco mediático sobre el peligro que suponen los retornados (por la experiencia en el combate que tienen y su radicalización ideológica), los expertos consultados destacan, no obstante, que se ha detectado (y detenido) ya en nuestro país a individuos que no han viajado a zonas de conflicto pero que estaban ya preparados para atentar en nuestro territorio, tras ser captados y adoctrinados en España. El 10 de marzo de este año, la Policía detenía en el barrio de El Príncipe de Ceuta a dos españoles de origen marroquí dispuestos a cometer atentados parecidos al ataque ‘yihadista’ perpetrados en Francia contra la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo.

Casi dos meses antes, el 24 de enero, caían en Ceuta otras cuatro personas miembros de la misma célula que los dos detenidos en marzo. Eran dos parejas de hermanos, que además de reclutar a mujeres para el Estado Islámico, pretendían vengarse de tres amigos que habían muerto combatiendo en Siria atentando en España. La figura del ‘lobo solitario’, hasta ahora desconocida en nuestro país, empieza a tomar forma de evidente amenaza. “Estamos hablando de parejas de radicales, como las de Francia, dispuestas a actuar”. Los cuatro detenidos en Ceuta habían entrenado con armas de fuego y tenían acceso y contactos en el mercado negro de armas.

 

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