La elección de ministros como Bruno Retailleau, Othman Nasrou, Astrid Panosyan-Bouvet y Patrick Hetzel demuestra hasta qué punto ha progresado la banalización del odio
El ministro del Interior confirmó el pasado domingo en la cadena TF1 su papel como propagador de odio a los inmigrantes
“No digo que el racismo y la homofobia no existan. Pero es algo privativo de una ínfima minoría”. Para un secretario de Estado de Ciudadanía y Lucha contra la Discriminación, esta cita de 2013 es bastante embarazosa. Su autor, Othman Nasrou, acaba de incorporarse al nuevo Gobierno de Michel Barnier.