La máxima autoridad de la Iglesia católica en la central provincia argentina de Córdoba anunció hoy el inicio de un juicio canónico a un sacerdote que se manifestó a favor del proyecto de ley de matrimonio homosexual que se debate en el Parlamento argentino.
El proceso eclesiástico fue iniciado por el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, quien además dispuso en forma cautelar que José Nicolás Alessio, de 52 años, no ejerza públicamente el ministerio sacerdotal hasta tanto concluya el juicio.
Alessio, párroco de San Cayetano, en el barrio Altamira de la capital cordobesa, ha realizado en las últimas semanas varias manifestaciones públicas en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Nosotros apoyamos absolutamente la ley de matrimonio homosexual porque nos parece que es hora de sanar una larga herida de discriminación de las comunidades homosexuales. Es importante que haya una voz de la Iglesia distinta a las de la jerarquía", señaló a Efe Alessio el pasado jueves.
El sacerdote integra junto a otros once religiosos el Grupo Angelelli, colectivo que emitió un comunicado a favor del casamiento entre personas del mismo sexo que hizo que el arzobispo de Córdoba les convocara para exigirles que se retractaran, pero no lo consiguió.
De hecho, Ñáñez dijo hoy en un comunicado que resolvió iniciar el proceso canónico "luego de haber agotado todos los medios de solicitud pastoral para que José Nicolás Alessio se enmendase y retractase públicamente".
Según el comunicado, difundido por la Agencia Informativa Católica Argentina, las declaraciones de Alessio contrarían "la enseñanza y el magisterio" de la Iglesia católica.
Para mañana la Iglesia católica convocó a una marcha frente a la sede del Parlamento en rechazo al proyecto de matrimonio homosexual, que se complementará con el lanzamiento de una campaña de denuncia pública contra los senadores que voten a favor de la iniciativa.
La movilización es impulsada por la máxima autoridad episcopal, Jorge Bergoglio, aunque al parecer el cardenal primado no participará de la convocatoria.
Desde China, donde se encuentra de visita oficial, la presidenta argentina, Cristina Fernández, defendió nuevamente el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio y criticó las expresiones que usa la Iglesia católica para rechazar la iniciativa aprobada ya por los diputados y que defiende el Gobierno.
En ese sentido, afirmó que los calificativos de las autoridades eclesiásticas parecen "de la época de las Cruzadas" y "remiten a los tiempos de la Inquisición".
Dijo sentirse preocupada por "expresiones que hablan de un proyecto del demonio" y añadió que la iniciativa que ya tiene media sanción del Parlamento "no obliga a las personas a que se casen con otras del mismo sexo, sino que toma en cuenta una situación de hecho".