Hay autoridades públicas que confunden su creencia particular con su labor como gestores de las cosas públicas. Es el caso del concejal delegado de Seguridad Ciudadana Juan de la Luz Perez Salmeron (devoto y cofrade del beato Andrés), que ha impuesto en las dependencias policiales del municipio una imagen a tamaño real de dicho beato con el pretexto de que este es el patrón y protector de la policía local de ese pueblo.
Vulnera así la libertad de conciencia tanto de los funcionarios y policías que han de trabajar en este espacio común y público, así como de las personas que han de pasar por dichas dependencias. Igualmente vulnera la aconfesionalidad del Estado al identificar una institución pública con una creencia particular, en este caso la católica.
En este caso, dadas las dimensiones de la imagen religiosa, se produce una confusión entre las funciones del Ayuntamiento y las de la iglesia católica, pues bien pudiera decirse que la imagen de tamaño natural está colocada para su veneración, algo propio de un templo católico y no de unas dependencias municipales.