El gobierno amplió su ley anti-LGTBQ, prohibiendo cualquier “promoción o difusión” de diversidad sexual en un radio de 200 metros de las iglesias, como ya funcionaba con las escuelas.
El gobierno húngaro anunció que las medidas de su controvertida ley anti-LGTBQ (lesbianas, gays, trans, bisexuales y ‘queer’) se aplicarán también cerca de las iglesias, como ya era el caso con las escuelas.
Esta ley, aprobada el 15 de junio, fue promovida en un principio para combatir la pederastia y los abusos sobre los menores, pero fue enmendada para perseguir toda “promoción de la homosexualidad” entre los menores de 18 años.
El decreto del gobierno regula la “promoción o difusión” de productos que “expresen homosexualidad” o representen una “desviación de la identidad con respecto al sexo de nacimiento”.
Se prohibirá la venta de estos productos en las tiendas en un radio de 200 metros de las iglesias, colegios e instituciones de protección de la infancia, anunció el gobierno el viernes por la noche.
Esta ley provocó un nuevo conflicto entre Hungría y la Unión Europea (UE).
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la calificó de “desgracia” y la Comisión lanzó un proceso de castigo contra Hungría, ya que la ley atacaría los reglamentos del bloque en cuanto a la libertad de expresión, así como al libre comercio y al abastecimiento de servicios.
Tras el anuncio de estas medidas, la delegación húngara de Amnistía Internacional afirmó que esta ley “caerá tarde o temprano”.
“Entretanto, es la responsabilidad de todos no rendirse ante la incitación al odio de este infame gobierno”, señaló la organización el sábado en un comunicado en Facebook.
Editores, televisiones y profesores temen que el texto suponga la eliminación de libros del currículum escolar o la exclusión de las horas de más audiencia de películas si tienen personajes homosexuales.
El 21 de julio, Orban anunció la realización de un referéndum nacional para evaluar el apoyo a esta polémica ley, aunque aún no se conoce la fecha en que se llevará a cabo.
Algunos analistas afirman que Orban está aplicando contra la comunidad LGTB la misma estrategia que contra la inmigración, en un esfuerzo por apuntalar su base de votantes conservadores, a un año de las elecciones.