PSN, EH Bildu y Geroa Bai cierran las negociaciones para la transformación definitiva del edificio franquista
El monumento a los Caídos de Pamplona, el segundo mayor edificio levantado durante el franquismo y el primero enclavado en un entorno urbano, será definitivamente resignificado y su gran cúpula, convertida durante decenios en símbolo de los vencedores de la guerra civil y una ofensa para los represaliados por la dictadura, será tapada para siempre.
Esta histórica decisión viene precedida de un acuerdo alcanzado entre PSN, EH Bildu y Geroa Bai después de unas discretas negociaciones en las que han tomado parte las direcciones de las tres formaciones, encabezadas por Ramón Alzórriz, Miren Zabaleta y Uxue Barkos, y los responsables de sus grupos municipales en el Ayuntamiento de Pamplona: Marina Curiel, Joxe Abaurrea y Mikel Armendáriz.
Los detalles sobre la transformación del monumento a los Caídos serán detallados en un acto público al que asistirán representantes de las tres formaciones firmantes del acuerdo.
La fecha elegida para el anuncio no es casual. Coincide esta semana con el 49º aniversario de la muerte del dictador y trata de poner fin a una controversia social y política prolongada durante años en la ciudad sobre qué hacer con ese edificio, con posturas claramente enfrentadas sobre su destino, desde sectores de la izquierda y colectivos de la memoria partidarios del derribo hasta los grupos más reaccionarios de la derecha, contrarios a cualquier modificación.
Es posible que el resultado no convenza ni a unos ni a otros, por defecto o por exceso según las valoraciones, pero el consenso alcanzado entre EH Bildu, PSN y Geroa Bai cuenta con la mayoría suficiente para superar los trámites necesarios, que no serán pocos, tanto en el Parlamento de Navarra como en el Consistorio pamplonés.
El futuro de los Caídos comenzó a cambiar en 2019, cuando el Ayuntamiento presentó las siete propuestas seleccionadas del concurso de ideas que puso en marcha sobre el monumento franquista y su entorno.
Seis de los proyectos (Pausoz pauso, Árbol de la memoria, La casa de todos, Civitas, La puerta del sur y Wu) apostaban por mantener el edificio resimbolizándolo y destinándolo en la mayor parte de las propuestas a usos sociales y culturales, mientras que uno (Metamorfosis) proponía el derribo y el mantenimiento de un pequeño espacio para la memoria.
Expediente paralizado
Que Enrique Maya, al frente de la coalición de Navarra Suma, recuperara la Alcaldía ese mismo año solo contribuyó a la paralización del expediente, en lo que también tuvo mucho que ver el procedimiento abierto por algunos de los participantes en el concurso de ideas contra el Ayuntamiento, cuyos recursos retrasaron aún más la resolución definitiva.
Finalmente, el Tribunal Administrativo de Navarra avaló los cambios introducidos por el Consistorio para la adecuación legal del expediente –se trató de una cuestión técnica sobre la valoración de las propuestas presentadas– lo que nuevamente devolvía la responsabilidad al Ayuntamiento.
Vista del interior de la cúpula del Monumento a los Caídos. Patxi Cascante
La moción de censura en Pamplona y el gobierno de coalición que preside María Chivite han configurado el escenario adecuado para tomar una decisión de este calado.
El último empujón para lograr el acuerdo se ha materializado en las últimas semanas, con varias reuniones, la última el pasado viernes, en la que se cerraron los flecos pendientes.
El proceso para llegar a este punto ha sido demasiado largo y dificultoso, sobre todo por la cuestión referida al grado de protección del edificio, objeto permanente de discusión y principal argumento de los regionalistas para oponerse en su día al concurso de ideas, solo porque dejaba la puerta abierta a la posibilidad del derribo.
El monumento está protegido en el catálogo municipal con el grado 2-3, según las partes del edificio, lo que en la práctica equivale a un blindaje legal que en teoría excluiría su demolición e incluso la remodelación en algunos de sus espacios.
En noviembre de 2022, el Parlamento foral apoyó descatalogar la protección del edificio tras una propuesta presentada por Podemos, que fue apoyada por PSN, Geroa Bai e Izquierda Unida.
Mientras las formaciones conservadoras siempre han tenido clara su postura, para algunas fuerzas progresistas no ha sido un asunto fácil de abordar, habida cuenta de que una parte significativa de sus bases es claramente partidaria del derribo, lo que los líderes no veían tan claro.
Menos discusiones ha provocado en la coalición Contigo-Zurekin, cuya dirección no ha participado en las negociaciones aunque ha sido informada del acuerdo, donde existe unanimidad a favor de la demolición.
El Monumento a los Caídos, en obras en 1948. Julio Cía / Archivo Municipal de Pamplona
Simbología belicosa y restos en la cripta de 8 militares
El monumento, diseñado por José Yárnoz y Víctor Eusa, fue construido por la Diputación de Navarra en una parcela cedida por el Ayuntamiento de Pamplona. Su construcción comenzó en 1942 y fue inaugurado el 4 de diciembre 1952 por el propio general Francisco Franco.
Aunque parte de la simbología fascista en el interior edificio ha sido ocultada con carteles y maderas, todavía son visibles las arengas y escenas belicosas que se conservan en la cúpula.
Además, en su cripta reposaron los restos de los generales golpistas Mola y Sanjurjo y de otros seis milicianos hasta noviembre de 2016, cuando fueron exhumados por decisión del Ayuntamiento de Pamplona (UPN y PP votaron en contra).
