Una implicación directa de Hezbolá daría otra dimensión al conflicto y amenazaría con su expansión regional o con un choque entre Israel e Irán
La guerra abierta en Oriente Próximo a raíz de los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contra Israel, que dejaron cerca de 1.400 muertos, corre el riesgo de expandirse ante los últimos enfrentamientos en la frontera con Líbano, desde donde el partido-milicia chií Hezbolá podría sumarse a la contienda y abrir un segundo frente contra el Ejército israelí.
Hezbolá, respaldado por Irán y considerado como una de las mayores fuerzas paramilitares en Oriente Próximo, ha protagonizado intercambios de disparos durante las últimas semanas, en los incidentes de mayor gravedad desde la guerra asimétrica de 2006, lo que ha hecho saltar las alarmas en la región, especialmente ante el potencial papel de Teherán en la guerra.