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Hemofobia y homofobia en la Unión Europea

La Justicia europea dictamina que la prohibición a los homosexuales de donar sangre «puede estar justificada»
Los médicos y colectivos sociales protestan por esta decisión

El virus del sida fue detectado por primera vez el 5 de junio de 1981. Un año después, y en pleno clima de psicosis, Francia decidió prohibir que cualquier hombre que hubiera mantenido relaciones sexuales con otro hombre pudiera donar sangre. Nunca, en toda su vida. Y ayer, 33 años después, el Tribunal de Justicia Europeo sentenció que esa prohibición -que aún se encuentra plenamente en vigor- está «justificada«.

«La exclusión permanente de la donación de sangre para aquellos hombres que han mantenido relaciones homosexuales puede, a la luz de la situación en Francia, estar justificada», se lee en la polémica sentencia que ayer emitió al respecto el Tribunal de Justicia Europeo, y que ha provocado que muchos arqueen las cejas ante semejante fallo. Sobre todo porque los estudios médicos y las campañas de prevención insisten desde hace años en que el sida no es exclusivo de ningún colectivo y que cualquier persona con prácticas de riesgo se expone a contraer el virus.

El veredicto del Tribunal Europeo responde a la demanda que Geoffrey Léger presentó en 2009 contra el Ministerio de Sanidad francés y el Establecimiento Francés de Sangre después de acudir a donar sangre a un dispensario de esta última institución en Metz (una ciudad del noreste del país) y ser rechazado, tras admitir que había mantenido relaciones homosexuales.

Pero, después de examinar el caso, el Tribunal Europeo decidió ayer dar la razón a Francia, estableciendo que la legislación que impide a los gays donar sangre está justificada en vista de la altísima incidencia que el sida tiene en el país entre el colectivo homosexual. Según los datos que las autoridades de París han aportado al Tribunal Europeo, y que éste cita para justificar su sentencia, entre 2003 y 2008 casi la totalidad de los contagios de VIH que se registraron en Francia fueron a causa de una relación sexual sin la adecuada protección, y la mitad de los nuevos casos (exactamente el 48%) se dio en hombres que habían tenido sexo con otros hombres. Según esas cifras, facilitadas por el Instituto Francés de Vigilancia Sanitaria, los gays serían con gran diferencia el colectivo más golpeado por el VIH, siendo hasta 200 veces superior la incidencia de ese virus entre los homosexuales que en la población heterosexual francesa.

«Entre todos los países de Europa y de Asia central, Francia es el que presenta una mayor prevalencia del VIH entre los hombres que han mantenido relaciones sexuales con otros hombres», destaca el fallo del Tribunal Europeo, argumentando que eso es lo que explica que las autoridades de París sigan prohibiendo a los gays donar sangre. Pero la sentencia también admite que dicha prohibición puede «comportar una discriminación fundada en la orientación sexual contra los hombres homosexuales», dejando claro que sólo se pueden introducir límites al ejercicio de los derechos y de las libertades reconocidas por la UE «cuando sea necesario y respondan efectivamente a objetivos de interés general o a la necesidad de proteger los derechos y libertades de los otros».

El caso es que una directiva comunitaria establece que a las personas cuya conducta sexual conlleve un elevado riesgo de contraer enfermedades infecciosas que se puedan contagiar a través de la sangre se les puede prohibir donar. «Pero las medidas previstas por la legislación nacional no deben rebasar los límites de lo que es apropiado y necesario para alcanzar los objetivos legítimamente perseguidos por la normativa», se lee en el fallo.

Así las cosas, la Corte Europea afirma que, para que Francia siga excluyendo a los homosexuales de las donaciones sanguíneas, «es necesario demostrar que esas personas tienen un alto riesgo de contraer graves enfermedades infecciosas, como el VIH, y que no se dispone de técnicas eficaces de investigación o métodos para asegurar un nivel elevado de protección de la salud de los receptores (de la sangre)».

Además, y a pesar de considerar que puede tener sentido que las autoridades francesas prohíban a los gays donar sangre, el Tribunal también deja claro que, más que vetar a todo ese colectivo, las autoridades de París deberían considerar otros métodos, como, por ejemplo, cuestionarios más exhaustivos y entrevistas individuales de los médicos con los posibles donantes para «identificar los comportamientos sexuales de alto riesgo de manera más precisa». Varias asociaciones de homosexuales y de derechos humanos llevan años exigiendo a gritos a las autoridades francesas que examinen el comportamiento sexual y los posibles factores de riegos de todo aquel que acuda a donar sangre, independientemente de cual sea su orientación sexual, en lugar de concentrarse sólo en los gays.

Pero el fallo del Tribunal Europeo de Justicia no pone fin a un debate que dura desde hace ya tiempo y que sigue abierto. La prueba es que el año pasado, por ejemplo, el abogado general del mismo Tribunal de Justicia de la UE, Paolo Mengozzi, dictaminó que la exclusión permanente de los homosexuales de donar sangre que impera en Francia vulneraba la legislación comunitaria, subrayando que el mero hecho de que un hombre mantenga o haya mantenido relaciones sexuales con otro hombre no constituye en sí misma una conducta sexual de riesgo que justifique que se le prohíba de manera permanente donar sangre.

Además, el Ejecutivo socialista que gobierna en Francia lleva ya tiempo prometiendo que modificará la legislación que impide a los gays donar sangre. De hecho, a principios de este mismo mes, la Asamblea Nacional votó por unanimidad a favor de una enmienda, aún en trámite, que establece que a nadie se le puede prohibir donar sangre a causa de su orientación sexual. Y no sólo eso: la ministra de Sanidad, Marisol Touraine, anunció ayer que a finales de mayo convocará a todas las asociaciones y partes implicadas a una reunión en la que se estudiará un nuevo protocolo y un nuevo cuestionario a seguir ante las donaciones de sangre en Francia.

Sin embargo, a finales de marzo pasado, el Comité Consultivo de Ética Nacional francés manifestó que no era deseable acabar con la prohibición de donar sangre que pesa sobre los gays, subrayando que el riesgo de resultar contagiado de sida por la sangre de miembros de ese colectivo es demasiado alto.

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