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Kahina, primera mujer imán en Francia

“Hacer del velo un problema equivale a fomentarlo”

‘Mi islam, mi libertad’

Kahina paladeó en París la libertad que le faltaba en Argelia como mujer, libertad secuestrada por una religión dogmática. Kahina valora tantísimo su libertad que hoy la defiende contra el fundamentalismo islámico tanto como contra el laicismo que ahoga toda espiritualidad. Leo Mi islam, mi libertad (La Llave) –premio Mare Nostrum– y aprendo que existe un islam abierto a la modernidad, igualitario con la mujer, dispuesto a interpretar la letra coránica desde el humanismo y el amor como toda bandera: se llama sufismo y se inventó en Murcia en el siglo XII. Para vivir y contar ese islam que llama “mi libertad” ha fundado Kahina una mezquita (basta con tener siete seguidores) y es la primera imán de Francia. La seguiré encantado en su caminar por el amor y la palabra.

Es usted imán?

Sí.

¿Una mujer puede ser imán?

Ya Mahoma designó a una mujer como profetisa, en el siglo VII.

Pues no veo más mujeres imán.

Los hombres se hicieron con el poder islámico y sojuzgaron a la mujer.

Patriarcado machista islámico.

Como el de la Iglesia católica: ¿hay sacerdotisas?

¿Hay más mujeres imán en Francia?

Después de mí, otras dos.

Se alegra.

Aspiro a que la mujer gane presencia pública en el islam.

¿Ve eso posible?

Hay más en Canadá y en Estados Unidos.

Dos países occidentales.

Costará en países confesionales islámicos.

¿Por qué?

Impera allí el pensamiento premoderno, falta inyectar modernidad en el islam.

¿Qué entiende por modernidad?

Ilustración, libre pensamiento y palabra libre, separación de política y religión, igualdad social entre hombre y mujer.

¿Eso es compatible con la devoción islámica?

Sí, así como un cristiano devoto no necesita ser del KuKluxKlan para considerarse buen cristiano.

¿Qué dicen los hombres musulmanes al verla ejercer de imán?

Muchos vienen a mi mezquita. Otros no.

¿Ha recibido amenazas?

Sí, de algunos por hacerse el gallito. He decidido abandonado Twitter.

Siempre Twitter.

Está dañando el espacio público de debate: lo inunda de amenazas, insultos y descalificaciones personales, lo que imposibilita el intercambio de opiniones.

¿Dónde tiene usted su mezquita?

En París. Mezquita Fátima es itinerante, para mujeres y hombres.

¿Itinerante por seguridad?

Y para acercarse a la gente.

Si apareciese ahí un yihadista de los atentados del 2015, ¿querría matarla?

Tendría que preguntárselo a él.

¿Tiene usted miedo?

Temí que los atentados demonizaran la religión islámica. Y para evitarlo fundé mi mezquita y me hice imán.

¿Para defender el islam?

Claro, para defender mi libertad como musulmana.

¿Hay varios islams?

Hoy impera el salafismo, islam fundamentalista, pero hubo un islam sufí que fue central.

¿Sufí?

Lo fundó Ibn Arabi, un musulmán andalusí que nació en Murcia en el siglo XII, y es mi modelo.

¿Qué propuso Ibn Arabi?

Que Dios es una experiencia íntima, espiritual, más allá de la letra de las normas.

Suena razonable.

Lo estudio desde que supe que Ibn Arabi es la personalidad más odiada por Ibu Taymiyya.

¿Quién?

El referente del islam integrista, partidario de matar infieles y sojuzgar a la mujer.

¿Alá o Mahoma ordenan matar infieles?

¡Jamás! Menuda barbarie antiislámica.

¿Alá o Mahoma quieren al hombre por encima de la mujer?

¡No! Proponen amar y respetar a toda persona por igual.

¿Qué dice su familia de que usted sea imán?

Les visito y me aman. Viven en Argelia, donde yo me crié y viví hasta los 24 años.

¿Por qué dejó usted Argelia?

La mujer tiene muy poca libertad allí. Yo volé a París para conquistar mi libertad.

¿Qué es la libertad?

Tomar tus propias decisiones y pagar tus gastos con el fruto de tu propio trabajo. ¡Mujeres: defended esto cada día!

Usted es jurista.

Estudié Derecho en Argelia, como mi padre quería. Luego me fui a París.

¿Su padre está contento?

Sí. Él me puso de nombre Kahina, reina bereber que se enfrentó a los Omeya en el siglo VII y se suicidó antes que rendirse. Kahina me inspira fortaleza.

¿Rechazó Kahina convertirse al islam?

Sí, y yo rechazo todo extremismo, todo dogma fundamentalista. Yo soy una mujer libre espiritual.

¿Usa usted el velo?

No. Yo paso. Pero si del velo hacemos un problema… estaremos fomentándolo.

Anda.

El laicismo extremo provoca una reacción conservadora entre muchos musulmanes. También entre judíos y católicos. Es muy francés eso de incurrir en extremismos.

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