El joven nazi Ratzinger vuelve a las filas, el viejo Ratzinger vuelve a la sombra, su mejor campo, a las órdenes de oscuros ideales que haga pasar por sus amos, que justifiquen sus opciones, que hagan parecer que él es un mandado aunque sea el amo. El anciano Ratzinger se ha cansado de ser Papa. Como buen católico, Benedicto XVI prefiere las trastiendas, no dar la cara, hacer por la espalda, ofrecer la mejilla a su víctima esposada, sonreír compasivo tras destruir cualquier posibilidad de diálogo, ampararse en monstruosas organizaciones en las que no sea posible identificar al verdugo: como cuando trajinaba tan contento en la Congregación para la Doctrina de la Fe, antiguo Santo Oficio, antigua Santa Inquisición, para recuperar aquellos juicios sumarios que gobernaron el mundo implantando el terror, el horror, la herramienta para dirimir rivalidades, celos y envidias.
Y, como buen católico, se va haciéndose pasar por víctima siendo verdugo. Es la especialidad de la casa. Una receta que perfeccionó en todos aquellos años que pasó confabulando en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Desde esos laboratorios del adoctrinamiento en el odio pudo lanzar salvajes campañas para destruir el espíritu de apertura del Concilio Vaticano II y, sobre todo, perseguir y machacar la Teología de la Liberación. Desde esos cuarteles reaccionarios tuvo tiempo hasta de diseñar a su pupilo, el anterior papa Juan Pablo II. Mientras Juan Pablo II hacía todo el paripé de relaciones públicas, su circo de aparente modernidad y apertura, besando suelos cual histriónica vedette de la Croisette intentando llamar la atención en Cannes sobre una carrera antigua, denostada, de otro tiempo, modernizándola en apariencia mientras su mentor, Ratzinger, lo hacía retroceder todo, destruía los escasos avances que el Vaticano II habían traído para intentar maridar el dinosaurio oligárquico Vaticano con las novedades de Latinoamérica, cantera de dinero, poder e influencias gubernamentales.
Pero ese Benedicto intransigente, inflexible, tirano y poco dotado para ocultar sus despóticas imposiciones (se le nota), al contrario que su pupilo, que se limitó a hacer el papelón de Papa accesible, coleguita, divertido, jovial y lleno de gestos y aposturas, no se dio cuenta de que la fórmula que había patentado con su socio vedette Juan Pablo II no funcionaba sin la cara pública. Si no distraes como hacía Juan Pablo II mientras el lado oscuro —Ratzinger— controla las disidencias, los corruptos que pusiste a trabajar para ti acaban desmandándose.
Y eso es lo que le ha pasado a Bendicto: se le han desmandado los lacayos. Estaba tan ocupado con las relaciones públicas que se ha despistado en el corrupto, maquiavelico y voraz monstruo que es el Vaticano. Ese Vaticano que él ayudó a construir, favoreciendo a monstruos pederastas como su amigo Marcial Maciel y a órdenes neofascistas y avariciosas como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo. Benedicto vio con muy buenos ojos toda esta caterva de estos reaccionarios cristofascistas que se colaron en la Iglesia para, a cambio de dinero y poder, destruir los avances de la sociedad, del pueblo, del rebaño, para devolverlo a la oligarquía, a la Edad Media.
Y ahora se nos va haciéndose la víctima. Es como cuando EEUU llora por los Talibanes o Al-Qaeda que ellos crearon, financiaron y moldearon. Dan ganas de reír. Pero este monstruo que ha creado Benedicto no da ningunas ganas de reír, sino de llorar. Y mucho más ahora que le ha salido mal la jugada con Bertone y la Banca Vaticana, ahora que ya no puede dirigir al monstruo con puño de hierro, como hacía en las sombras de la Inquisición (actual Doctrina para la Fe), se larga y nos deja con el marrón. Se retira a sus palacios, sus oros, sus Prada rojos y sus hipócritas oraciones. Y encima la maquinaria propagandista quiere que nos de penita. “Pobre Papa, se va espantado de lo que ha descubierto en el Vaticano”, proclaman los propagandistas, como si Ratzinger hubiese estado hasta ahora en un pueblecito de Mongolia, ordeñando yaks y leyendo un ajado ejemplar de los evangelios escondido en un sótano junto a un brazo incorrupto que alguien se dejó por allí en la última expedición.
Cuando toda esta corrupción, esta orgía homosexual, esta prostitución y abusos de seminaristas, esta panda de asquerosos curas viejos abusando de menores —y de su poder—, esta red de saunas y seminarios frecuentados por obispos homosexuales, es algo que ha creado él. Cuando él lleva toda su vida metido en esa corte corrupta que da lecciones de moralidad y política al mundo mientras blanquea gustosamente el dinero de la mafia, dinero de narcotráfico, de prostitución, de armas. Cuando el Vaticano es el mayor vendedor de armas, algo que no le disuade de seguir dando sus mensajes de paz y amor. Ratzinger creó este imperio de doble cara, perfeccionó la fórmula, pero le pudo la ambición y no supo ver que sin dos caras (la de la vedette Juan Pablo II y la del tirano Ratzinger) no funciona la fórmula. Mientras intentaba aprender su nuevo trabajo de carantoñas católicas, de hipócritas dobles mensajes, dobles raseros, de blanquear la trastienda cara al público, a Ratzinger se le olvidó la cloaca que en verdad es el Vaticano. Se creyó su cuento de poses y photocalls y se olvidó de que la mierda y la pus se le acumulaba en las entrañas de su empresa católica.
Y ahora vuelve a las sombras a recuperar la fórmula consustancial a la Iglesia católica: haz lo que digo, no lo que hago.
A mí me causa un gran perjuicio su partida, porque me deja con una canción que ya no funcionará igual. Mi “Gracias, Benedicto” ya no será igual de actual sin él, o sí, porque en el fondo todo seguirá siendo igual, en la Iglesia y en el PP. Tendré que plantearme si cambio el título y el estribillo. A ver cómo se llama el nuevo Papa y si me rima. Porque como se llame Hitler II la he cagado. A rehacer todo el estribillo. Pero no creo, los cristofascistas jamás dejan ver su odio e intolerancia, son maestros en eso de las carantoñas y la hipocresía, así que el nuevo papa seguro que se llama Heidi I o Candy Candy II.
Yo, por mi parte, me despido de este Papa con mi canción de la que os dejo la letra y video y que nunca aceptaron cantar en los mil eventos contra la familia homosexual que pagamos con nuestros impuestos o en las JMJ, en esas visitas del Papa que también nos hicieron pagar a los ateos. Gracias Benedicto, te vas con Bárcenas, os haréis mucha compañía.
GRACIAS BENEDICTO
Yo admiro a Ana Botella
A Espe Aguirre también
Aznar for Presidente
Rajoy me cae muy bien
No dejes que nos roben
La santa institución
Del Santo Matrimonio
Ni la prostitución
Gracias Benedicto
Gracias de verdad
Eres nuestro Papa
La piedra angular
Aunque de pedofilia
nos quieran acusar
Y nuestros sacerdotes
Tengan vicio carnal
Otros son los culpables
Su vida liberal
corrompe nuestras almas
Nuestra moralidad
Gracias Benedicto
Gracias de verdad
Eres nuestro Papa
La piedra angular
Te acusan de banquero
De una corporación
Las multinacionales
son la cara de Dios.
Y si en el tercer mundo
Quieren ver al Señor
Que suelten su dinero
Prada cuesta un pastón
La escuela es nuestro templo
No enseñes más que Dios
La ciencia el enemigo
Los libros lo peor
Gracias Benedicto
Gracias de verdad
Eres nuestro Papa
La piedra angular
PD: Viendo el interminable publireportaje que el Canal 24 horas de TVE le está dedicando, con conexión en directo mientras saluda a los cardenales, no puedo evitar notar que toda la cúpula tras saludar a Benedicto pasa a saludar a su chulazo-secretario Georg Gaenswein que está a su lado cual “señora de”. Se van juntos a los palacios de verano. Con la de rumores que ha levantado esta estilosa pareja.
No es difícil imaginarse el futuro de la pareja a partir de ahora, haciendo turismo para completar su colección de rosarios, zapatos y joyas.