Es el documental más exitoso del canal HBO en los últimos nueve años.
Denuncia las presiones de la Iglesia de la Cienciología sobre sus miembros más destacados.
Varios antiguos miembros relatan cómo les convencía para unirse y cómo vivieron terribles experiencias.
El documental Going Clear: Scientology and the Prison of Belief, el más exitoso del canal HBO en los últimos nueve años, destapa los abusos de la Iglesia de la Cienciología y denuncia las presiones que ejerce sobre sus miembros más destacados, como Tom Cruise y John Travolta.
Diferentes testimonios
Lo hace a través de testimonios de personas que formaron parte del movimiento religioso durante décadas, como el cineasta canadiense Paul Haggis, que estuvo en su seno 35 años. Haggis admite que su baja autoestima le llevó a adentrarse «en el culto» para hacer realidad sus sueños.
«Yo era un joven de 21 años de Ontario que quería hacer documentales. Me dijeron que si les daba todo mi dinero harían posible cualquier cosa en mi vida«, afirma en la obra.
Haggis abandonó su militancia en 2009 ante el rechazo de la organización al matrimonio entre personas del mismo sexo y en el documental asegura que dos de sus hijas fueron «acosadas» por ser lesbianas.
Otros relatos de peso los aportan el exdirigente Marty Rathbun (que consiguió la exención fiscal para la cienciología por parte del IRS, Servicio de Recaudación de Impuestos, en 1993) o el exportavoz Mike Rinder.
Abusos, castigos, desconexión…
Todos ellos cuentan sus experiencias dentro de la iglesia, incluidos los abusos físicos y psicológicos que sufren quienes deciden abandonar la fe creada en 1954 por el escritor estadounidense L. R. Hubbard.
Esas personas se ven abocadas a un proceso de «desconexión» por el que, cualquier familiar o amigo suyo que pertenece a la cienciología, es obligado darle la espalda.
Según el documental, ciertos castigos pueden llegar a un punto denigrante, como fue el caso de un miembro obligado a limpiar el suelo de un cuarto de baño con su lengua, o el de la actriz Nazanin Boniadi, que tuvo que limpiar los retretes con un cepillo de dientes tras no cumplir con las tareas que se le encomendaron como nueva pareja de Tom Cruise.
Buena parte del documental disecciona el papel de Cruise y John Travolta, posiblemente los dos miembros más famosos de la cienciología, a la hora de reclutar miembros y obtener fondos, y cómo la organización supuestamente ha controlado las vidas de ambos.
Rathbun y Rinder argumentan que los miembros comparten sus secretos y temores más íntimos en una «audición» que queda grabada y registrada, por lo que cualquier intento de sus integrantes más conocidos de abandonar el grupo queda en nada debido a posibles chantajes.
«Sé esto porque yo solía hacerlo«, afirma Rinder. «Al exponer esos secretos o amenazar con hacerlos públicos, logran que la persona guarde silencio», agrega.
Travolta se ha mantenido fiel y, con ello, ha logrado el apoyo sin fisuras de la organización, que se lanza con todo su poder a combatir rumores como el de su supuesta homosexualidad, ayudando a los abogados y publicistas del actor.
«Es un cautivo de la iglesia«, declara Lawrence Wright, autor del libro homónimo en el que se basa el documental.
Rathbun, además, asegura que recibió el encargo de acabar con el matrimonio de Cruise y Nicole Kidman por orden de David Miscavige, líder del movimiento, que veía en la actriz un «peligro potencial».
Según su testimonio, Miscaviege contrató investigadores privados para indagar en el pasado de la actriz, a quien llegó incluso a pinchar su teléfono cuando Cruise mencionó que sentía «curiosidad» al respecto. Además, trató de poner en su contra a los dos hijos adoptados que tiene con el intérprete.
Tras el divorcio de la pareja en 2001, Miscavige impulsó la idea de que Cruise era el embajador de la cienciología en todo el mundo. Al final del documental se explica que las peticiones de entrevistas a Cruise, Travolta y Miscaviege fueron rechazadas. Sin embargo, Travolta dijo este martes al diario Tampa Bay Times que no ha «experimentado nada de lo que pregonan los rumores«. «¿Por qué iba a comunicar algo que no ha sido así para mí? No tendría sentido, ni lo tendría para Tom (Cruise), me imagino», añadió.
Asimismo, dijo que el documental (que, dijo, no piensa ver) es producto de «gente disgustada con sus experiencias» con la cienciología y explicó que la iglesia le ha ayudado a superar tragedias personales como la muerte de su hijo Jett en 2009.
«He pasado por tormentas que eran insuperables», apuntó al respecto, y añadió que la cienciología «ha sido tan buena» con él que no puede imaginarse a sí mismo «atacándola». Portavoces de la cienciología han remitido numerosos comunicados en los que tachan el documental de «propaganda intolerante construida sobre falacias inventadas por mentirosos confesos».