Esa misma neutralidad debería garantizarse ante otro tipo de simbología, como la religiosa, que se mantiene en el espacio público y en los edificios dependientes de las Administraciones Públicas, desde hospitales, colegios,… a comisarías y juzgados.
El Gobierno y la Generalitat han alcanzado un compromiso y garantizarán la neutralidad de los espacios públicos, según el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ha indicado que los Mossos d’Esquadra son «conscientes» de que deben actuar para que no esté «monopolizado» por una ideología. El ministro dice que este espacio debe «ser neutral para todos los ciudadanos», en alusión a la polémica por los lazos amarillos.
En una comparecencia conjunta con el conseller de Interior, Miquel Buch, el ministro, que no ha dado detalles de cómo se aplicará este compromiso, ha insistido en subrayar la importancia de que los espacios públicos «sean de convivencia y de encuentro, y no de desencuentro» y que los Mossos «tienen parámetros» para garantizarlo y está convencido de que así será.
Todo ello viene después de que el Defensor del pueblo o Síndic de Greuges, Francisco Fernández Marugán, publicara el lunes una declaración institucional en la que se muestra en contra de poner lazos amarillos en los edificios públicos e instara a la Administración a retirarlos.
Por su parte, el conseller Buch, sin referirse al compromiso anunciado por el ministro, ni concretar tampoco como se garantizará la neutralidad, ha precisado que la Generalitat no considera que exista un «problema de convivencia» en Cataluña y ha asegurado que los Mossos intervendrán cuando alguien «busque algo más que un debate».
No obstante, ha lamentado que a partir de la segunda quincena de agosto, «un partido determinado», en alusión a Ciudadanos, hizo llamamientos para sacar lazos amarillos, lo que ha provocado «más actividad» en este sentido, ante lo que ha pedido que no se caiga en «provocaciones» y que, si hay enfrentamiento, se llame a los Mossos.