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Colgantes religiosos

De España a Suecia: los países europeos discrepan sobre los símbolos religiosos en cargos públicos

Mientras Berlín reconsidera su controvertida política de laicismo, Europa sigue debatiendo los límites de la expresión religiosa en la vida pública.

En el corazón de la capital alemana se ha reavivado un acalorado debate político sobre los límites de la libertad religiosa en la esfera pública. El grupo del Partido Verde del Bundestag ha presentado una moción para abolir la Ley de Neutralidad de Berlín (‘Neutralitätsgesetz’), una ley que prohíbe a los empleados públicos, incluidos profesores, policías y personal judicial, llevar símbolos religiosos visibles mientras estén de servicio.

La propuesta ha introducido a Berlín en un debate europeo más amplio sobre la intersección entre laicismo, libertad religiosa y neutralidad en el lugar de trabajo. En todo el continente, los diferentes enfoques jurídicos y culturales ponen de manifiesto la falta de consenso sobre si los símbolos religiosos, en particular, los pañuelos y velos islámicos, deben permitirse en las instituciones estatales.

En una Europa dividida, las identidades nacionales, las experiencias históricas y las prioridades políticas influyen profundamente en la respuesta de las sociedades a la expresión religiosa en la vida pública.

Desde las prohibiciones generales de Bélgica y Francia hasta las posturas más permisivas de Suecia y España, el tratamiento de esta cuestión en el continente sigue siendo un estudio de contrastes. Mientras que algunas naciones han apostado por la neutralidad, otras dan prioridad a la inclusión, y muchas luchan por encontrar un equilibrio entre ambas.

España: Silencio jurídico, discrecionalidad local

España carece de legislación nacional sobre el tema, dejando las decisiones a la discreción de escuelas e instituciones. En 2013, el Tribunal Supremo respaldó la decisión de un instituto madrileño de excluir a una alumna que llevaba hiyab, sentando un precedente pero no una norma.

Aunque los grupos islámicos han subrayado que la Constitución española y un acuerdo de cooperación de 1992 protegen conjuntamente el derecho a llevar atuendo religioso, el Ministerio de Educación no ha dado prioridad a la orientación nacional, argumentando que estos casos son poco frecuentes y gestionables a nivel local.

Francia: El laicismo como doctrina de Estado

Francia aplica una de las interpretaciones más rígidas del laicismo en el continente. Todos los trabajadores del sector público, desde funcionarios a becarios, deben abstenerse de expresar creencias religiosas, filosóficas o políticas de manera visible. Esta estricta neutralidad no es sólo una política, sino un pilar de la República Francesa, diseñado para preservar una esfera pública imparcial.

Bélgica: Seguridad y cohesión por encima de la visibilidad

Bélgica ha implantado algunas de las medidas más estrictas de Europa en materia de cubrirse la cara. En 2011, se convirtió en el segundo país después de Francia en prohibir el velo integral en público, justificando la medida por razones de seguridad pública e integración social.

Aunque solo un pequeño número de mujeres en Bélgica usan el niqab o el burka, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos confirmó la prohibición en 2017, dictaminando que se alineaba con principios más amplios de igualdad de género y orden público.

Portugal: Neutralidad jurídica, aplicación selectiva

Portugal no prohíbe explícitamente los símbolos religiosos, pero permite a las instituciones, tanto públicas como privadas, aplicar códigos de vestimenta neutrales, siempre que se apliquen de manera uniforme. El objetivo es proteger a los empleados de las presiones religiosas, garantizando al mismo tiempo la neutralidad ideológica de los lugares de trabajo.

Austria: Ampliación del alcance de la prohibición

Austria siguió su ejemplo con una ley de 2017 que prohíbe cubrirse la cara en espacios públicos, incluidos los velos islámicos y cualquier elemento que oculte los rasgos faciales, como cascos y máscaras. El Gobierno alegó la seguridad pública y la cohesión social.

Aunque surgió una propuesta para ampliar la prohibición a las niñas en las escuelas, el Tribunal Constitucional anuló parte de esta legislación en 2020, dictaminando que prohibir el velo a las niñas menores de 10 años era discriminatorio.

Dinamarca: Prohibición total de cubrirse la cara

Dinamarca promulgó una prohibición total de cubrirse la cara en todos los lugares públicos en 2018. La ley, que prohíbe cualquier prenda que oculte el rostro, incluidos burkas y niqabs, se ha justificado principalmente por motivos de identificación pública y transparencia social.

Países Bajos: Restricciones parciales en instituciones clave

En los Países Bajos, una ley de 2019 restringe el uso de prendas que oculten el rostro en determinados entornos públicos, como escuelas, hospitales y transporte público, en los que se considera esencial una comunicación e identificación claras. Aunque no es una prohibición total, refleja una inclinación creciente hacia la regulación de la expresión religiosa en los espacios estatales.

Italia: Una ley de otra época

Italia no tiene una prohibición específica de la vestimenta religiosa, pero una ley antiterrorista de 1975 prohíbe cubrirse la cara en público. Aunque originalmente no estaba relacionada con la vestimenta religiosa, esta ley se ha invocado ocasionalmente para restringir el niqab y el burka en determinados entornos públicos o sensibles desde el punto de vista de la seguridad.

Suecia: Libertad ante todo, resistencia local

Suecia no prohíbe a nivel nacional la vestimenta religiosa, y el velo sigue estando permitido en la vida pública. El planteamiento nacional favorece los derechos individuales, aunque algunos ayuntamientos han intentado imponer restricciones específicas a las escuelas, alegando la integración y la igualdad de género. Estas medidas han suscitado debate, pero aún no han modificado la política nacional.

Grecia: Protecciones legales con límites prácticos

La legislación griega ofrece sólidas protecciones contra la discriminación por motivos religiosos en el empleo y los servicios públicos. Sin embargo, la práctica ha sido a veces más complicada.

En un caso de 2022, un hospital prohibió a una estudiante de enfermería llevar un pañuelo en la cabeza durante sus prácticas, alegando la normativa sobre uniformes. El Defensor del Pueblo griego dictaminó que la política no violaba las leyes antidiscriminatorias, y lo enmarcó en una cuestión de código de vestimenta, no religiosa.

Bulgaria: prohibición con excepciones

Bulgaria introdujo una prohibición nacional de cubrirse la cara en público en 2016, alegando seguridad y cohesión social. Aunque la ley permite excepciones por motivos de salud o laborales, refleja esfuerzos más amplios para regular las expresiones visibles de la fe islámica. El hiyab, que deja el rostro al descubierto, sigue estando permitido y las mujeres musulmanas lo llevan habitualmente en todo el país.

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