Ayer mencioné la marcha y el referendo homofóbicos con los que los cristianos manifestaron su rechazo a una educación que trate a los gays y transexuales como personas.
Poco después de publicar ese artículo, supimos que el presidente Juan Manuel Santosdescartó las cartillas en las que venían trabajando el Gobierno y la ONU, tras reunirse a puerta cerrada con los altos jerarcas de la Iglesia Católica en Colombia:
El mandatario, tras una reunión con altas jerarcas de la Iglesia, anunció además que el Ministerio no acogerá un documento sobre educación sexual en el que se trabajaba de forma conjunta con Naciones Unidas, Unicef y Colombia Diversa y que fue divulgado por el Fondo de Población de la Naciones Unidas (Unfpa).
“Ni el Ministerio de Educación, ni el Gobierno, han implementado o promovido la ideología de género (…) el documento del Ministerio (en el que se trabajaba con el Unfpa) fue publicado para su discusión sin aprobación. Esta guía no será autorizada”, declaró el primer mandatario, quien, entre otros, sostuvo un encuentro con el cardenal Rubén Salazar y monseñor Fabio Suescún.
[…]“Lo que queremos es introducir en los profesores conceptos para la no discriminación y no necesariamente eso tiene que ser transmitido a los alumnos. No está dirigido ni está entendido como un manual de educación sexual”, agregó [el representante de Unfpa en Colombia, Jorge Parra].
En resumen, dejarán de enseñarle a los niños que discriminar está mal… que era lo que querían los intolerantes: seguirles enseñando a matonear a los LGBTI — qué vergüenza de Gobierno, me da asco que pueda llegar a estos niveles de sumisión y obediencia a la Iglesia Católica. (Y lo que más me jode es que no hay ninguna alternativa: todos son igual o peor de regalados.)
¿Qué gracia tiene renunciar a los Santos Patrones Pederastas si igual infectan las políticas públicas con su odio y antivalores? En pocas palabras, Juan Manuel Santos acaba de asegurarse de que la próxima generación seguirá discriminando a los LGBTI — que nadie venga a decir que su legado es la paz.
Lo cínico es que Santos dijo que el Gobierno está obligado a cumplir las sentencias de la Corte Constitucional, pero tenemos cientos de sentencias que establecen que Colombia es un Estado laico, y eso no le impidió recibir a los jerarcas católicos para que le ordenaran lo que debía hacer.