A principios de este verano, nos sorprendió escuchar a un alto funcionario del gobierno de Malasia decir que los ateos debían ser “perseguidos”. Esta persona respondía así ante una foto, compartida en las redes sociales, de una reunión de no creyentes en Malasia, pues encontraba la vista de esos sonrientes secularistas inaceptable. Pidió que se investigaran las circunstancias que rodearon esa reunión, especialmente si se trataba de musulmanes (o ex musulmanes). Muchos en Malasia pidieron el encarcelamiento de los ateos e incluso su ejecución.
En el Consejo de Derechos Humanos de la ONU del mes pasado, el presidente y director ejecutivo del CFI (Center For Inquiry, o Centro de Investigación: una organización “dedicada a promover la ciencia, la razón, la libertad de investigación y los valores humanistas”), Robyn Blumner, aprovechó la oportunidad para destacar esa reacción exagerada ante una reunión inocente, y la hostilidad de Malasia hacia los ateos. “No hay lugar para este tipo de persecución religiosa en una comunidad mundial que honra la libertad de conciencia”, declaró.
La semana pasada, otro guante fue lanzado cuando el viceministro de asuntos islámicos de Malasia, Asyraf Wajdi Dusuki, dio un paso más, llamando al ateísmo una “amenaza”, “inconstitucional” e incluso “sedicioso”.
“Cualquiera que trate de difundir ideologías y doctrinas que promuevan el ateísmo y creencias similares que manchen la santidad de otras religiones, puede ser acusado bajo la Ley de Sedición”, dijo Asyraf al parlamento malasio.
Cuando surgió este tema por primera vez en el verano, Robyn dijo a las Naciones Unidas que constituía una “situación de derechos humanos”. Si los ateos y los ex musulmanes son “perseguidos”, tratados como amenazas a la nación y acusados de sedición, la situación se habrá convertido en una crisis en toda regla.
Twitteando en respuesta a las palabras del viceministro, Richard Dawkins, miembro de la junta directiva de CFI, dijo: “Las palabras me fallan. ¿Cómo lidiar con esos prodigios de estupidez e injusticia?” Verdaderamente es desconcertante pero no singular. Puede que no pase mucho tiempo antes de que el programa de Rescate Secular del CFI se active para comenzar a reubicar a los ateos de Malasia, tal como lo hizo con los de Bangladesh, Iraq, Pakistán y otros lugares.
“Oímos casi todos los días casos de ateos y laicos en países de mayoría musulmana que están aterrorizados por sus vidas, que lidian con persecuciones sofocantes y amenazas de muerte, y hacemos todo lo que podemos para ayudar a la mayor cantidad posible”, dijo Robyn en nuestra Declaración oficial. “Los comentarios hechos por este funcionario malasio han puesto a personas inocentes en peligro simplemente por plantear preguntas legítimas sobre creencias religiosas arraigadas”.
Fuente: Center for Inquiry (http://www.centerforinquiry.