La Catedral gótica volverá a abrir sus puertas en una ceremonia con 3.000 personas.
El Gobierno francés desplegará un importante dispositivo de seguridad para la reapertura de Notre Dame, que se producirá el próximo 8 de diciembre, con varios miles de policías y soldados. Además, habrá fuertes restricciones de movimiento en el centro de París ante un nivel «muy elevado» de amenaza terrorista.
«Estamos en un muy alto nivel de amenaza terrorista, como en los Juegos», ha asegurado en el diario Le Parisien Laurent Nuñez, el prefecto de la Policía de París que también fue responsable de blindar la capital francesa durante los Juegos. Aunque serán unas 3.000 las personas las que podrán entrar a la catedral gótica, entre las que se espera un centenar de jefes de Estado y de Gobierno, se calcula que además otras 40.000 puedan estar en los aledaños del templo y ver la ceremonia de reapertura en pantallas gigantes.
Núñez no ha aportado cifras concretas del número de fuerzas de seguridad que se desplegarán y ha señalado que serán «varios miles». No obstante, ha detallado que habrá también un grupo de francotiradores y militares de la operación antiterrorista Sentinelle. Y, a pesar de que las autoridades francesas no tienen constancia de una amenaza concreta, Nuñez citó «la amenaza islamista» como la que más concentra «las preocupaciones».
En un draconiano dispositivo inspirado en el de los Juegos Olímpicos Francia blindará así la Isla de la Cité, la pequeña isla que forma el Sena en el centro de la ciudad en la que se levanta Notre Dame. Para ello, cerrará varias estaciones de metro y de trenes de cercanías de la zona, así como comercios y restaurantes.
«Desde el sábado a las 7.00 horas hasta el domingo a las 20.00 horas, activaremos el perímetro SILT (Seguridad Interior de Lucha contra el Terrorismo), que englobará a la Isla de la Cité y también a algunos edificios de la margen izquierda de la orilla del Sena», ha explicado Nuñez. «Los vecinos -ha añadido- podrán ir a sus domicilios, pero tendrán que tener justificantes».
Las restricciones afectarán también a la navegación en el río Sena, es decir a los barcos con turistas y la barcazas de carga que pasan al lado del templo de forma habitual. La circulación aérea estará prohibida sobre París durante las ceremonias de reapertura. Según datos de la Oficina de Turismo, del 2 al 8 de diciembre, habrá un 18% más de turistas que la misma semana de 2023.