El presidente de los obispos galos reprocha a Roma que no informase de las sanciones
«Reitero mi compasión por los que han sufrido estos hechos, pero también por todos los que se sienten heridos por estas revelaciones», señala el presidente de los obispos franceses en un comunicado
«El sentimiento de traición y la tentación de desanimarse son emociones que comprendo y que nos atraviesan, al igual que la incomprensión y la rabia de muchos ante los propios actos. También escucho y recibo las críticas que se hacen sobre la falta de comunicación de las medidas romanas cuando se promulgan», lamenta en su comunicado
«La revelación en la prensa de graves hechos que implican al obispo Michel Santier es una conmoción para muchos fieles, en particular en las diócesis de Créteil, Coutances y Luçon. Reitero mi compasión por los que han sufrido estos hechos, pero también por todos los que se sienten heridos por estas revelaciones».
Son las palabras de Éric de Moulins-Beaufort, arzobispo de Reims y presidente de la Conferencia Episcopal Francesa tras conocerse esta semana que el obispo Michel Santier, emérito de Luçon, fue sancionado por “abusos espirituales que conducen al voyeurismo” a raíz de unos hechos ocurridos en los años 90, según ha informado la publicación Famille Chrétienne.
No dimitió por el covid
Pastor de esa diócesis francesa entre 2001 y 2007, y después de la de Créteil hasta 2021, Santier presentó su dimisión en principio por motivos de salud, que le fue aceptada por el Papa el 6 de junio de 2020, aunque “no dejó oficialmente su cargo hasta el 9 de enero de 2021″. Sin embargo, ahora se ha desvelado que las razones para su dimisión no fueron el covid, sino una sanción del Vaticano por un comportamiento inapropiado con dos menores en los años 90, razones por las cuales se tomaron medidas disciplinarias contra Santier», que ahora reside «dentro de una comunidad religiosa con un ministerio restringido a la vida de esa comunidad».
«El sentimiento de traición y la tentación de desanimarse son emociones que comprendo y que nos atraviesan, al igual que la incomprensión y la rabia de muchos ante los propios actos. También escucho y recibo las críticas que se hacen sobre la falta de comunicación de las medidas romanas cuando se promulgan«, lamenta en su comunicado el presidente de los obispos galos.
«No puede haber impunidad»
Tras esta crítica al propio proceder de Roma en esta cuestión, Moulins-Beaufort reitera que «no puede haber impunidad en la Iglesia, sea cual sea la posición de la persona implicada» y detalla el procedimiento, toda vez que las revelaciones aparecidas en la prensa resultaron en un primer momento confusas.
«El arzobispo Michel Santier fue sancionado por la autoridad de la Santa Sede, después de que los hechos fueran denunciados por el arzobispo al que informó en su momento, en cuanto éste tuvo conocimiento de ellos. Nuevos elementos puestos en conocimiento del arzobispo Dominique Lebrun, arzobispo de la provincia a la que pertenece ahora el arzobispo Michel Santier, le llevaron a informar a Roma para reabrir el procedimiento y poder tomar nuevas medidas en consecuencia. También se encarga de informar debidamente a las autoridades civiles».
«También escucho -prosigue el arzobispo de Reims- la petición de mayor claridad sobre estos procedimientos canónicos y las medidas que pueden derivarse de ellos. Nos encontramos ante una tensión entre las exigencias del derecho canónico, su uso, sus interpretaciones que pueden variar de un experto a otro, las prácticas de la justicia en nuestro país, el respeto a las personas y la exigencia de transparencia que tienen muchos fieles».
A estudio en la Plenaria de noviembre
«Tenemos que pensar en cambios en nuestros procedimientos, en la forma de llevarlos a cabo y en la manera de comunicar los resultados. Este importante tema requiere un estudio serio. Los obispos empezarán a trabajar en ella en la asamblea plenaria de noviembre. El grupo de trabajo sobre buenas prácticas en la tramitación de reclamaciones que se creará tras la asamblea de noviembre de 2021 también tendrá recomendaciones que hacer en este ámbito. Llevaremos a Roma los resultados de nuestras reflexiones y nuestras propuestas para mejorar lo que sea posible», afirma Moulins-Beaufort.
Finalmente, el presidente de los obispos galos reitera «nuestra determinación de seguir este camino de verdad y justicia, para que la confianza siga siendo posible y nuestra Iglesia sea cada vez más fiel a su misión».
