El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se ha dirigido públicamente a Santa Teresa de Jesús para que “interceda” por España en estos “tiempos recios”. “Estoy seguro -afirma este ministro del Opus Dei- de que el esfuerzo de ella desde arriba, que manda mucho, hará que sea un éxito”.
Creencias religiosas y un alto cargo
La intromisión de algunos católicos reaccionarios en asuntos ajenos a la religión viene desgraciadamente de muy lejos. En este caso se trata de una vulneración de la Constitución de 1978, que subraya la aconfesionalidad constitucional. Si Fernández Diaz es devoto de Santa Teresa de Jesús, que lo sea. Está en su derecho de rezar a quien quiera. Pero siendo ministro de un Estado laico es intolerable que mezcle sus creencias religiosas con su alto cargo político.
Progresismo hereje
Alberto Moncada, sociólogo y escritor, exmiembro del Opus Dei, analiza en un libro suyo (1987) la Obra de Escrivá de Balaguer. He aquí lo siguiente: “Causó no poca estupefacción en ambientes teológicos españoles que el ministro de Comercio, del Opus Dei, Alberto Ullastres, aprovechase un discurso público pronunciado en Barcelona el 1 de junio de 1962, [en su discurso de apertura de la Feria de Muestras] para denunciar el progresismo como la herejía XX, heredero del liberalismo del XIX”.
El ministro del Interior no es de recibo
O sea, que lo que hace ahora el ministro del Interior no es de recibo. Y menos aún cuando se sabe que Fernádez Díaz forma parte de la Sacra y Militar Orden Constantiana de San Jorge, orden de caballería, consagrada a la glorificación de la Cruz y la defensa de la Fe. Por cierto, coincide en dicha Orden con el valenciano Juan Cotino, ex director general de la Policía con Aznar en La Moncloa. También es miembro del Opus Dei. Ahora está en manos de la Justicia por presuntos delitos de corrupción. Fernández Díaz y Cotino son, al parecer, tal para cual. Ambos, unos meapilas.
Archivos de imagen relacionados
