¿Porqué una convocatoria nacional de la jerarquía eclesiástica en defensa de la familia cristiana? No recuerdo cláusula legal que impida la unión o desarrollo de tal familia.
Por ello atendí curioso la alocución del arzobispo García. Repitió conocidos estribillos: aborto, divorcio, uniones homosexuales. Pero ¿hay un solo caso en
que alguien de una familia cristiana haya sido obligada a abortar? ¿Una sola obligada a divorciarse? ¿Un solo cristiano o cristiana forzados a unión familiar con persona del mismo sexo? Si no hay discriminació
n legal ni factual solo cabe una conclusión: la jerarquía eclesiástica falsea los motivos. Bajo el señuelo de la defensa de la familia el objetivo era pregonar la intolerancia contra quienes no comulgan con sus ruedas de molino. Atacar a
quienes, por fin, han adquirido derechos ciudadanos a vivir con arreglo a sus conciencias. Unas conciencias que el conocimiento científico en general y el biológico y psicológico en particular han mostrado como ajustadas a naturaleza, desgarrado las tinieblas de prejuicios religiosos sin fundamento mantenidos durante siglos.
O sea, quiso presentar el gato de la intolerancia como la liebre de la democracia.
A tal fin, el arzobispo García se presento como el ultra demócrata. Acusó al laicismo de atacar la Constitución y disolver la democracia. Eso dicho por un representante de quienes hoy niegan la autocrítica a un pasado en el que justificaron el alzamiento militar contra la democracia republicana y sacaron al dictador bajo palio. Hoy culpan al laicismo de una democracia tan deficiente de laicismo que durante 30 años subvenciona a la Iglesia Católica con parte de las aportaciones obligatorias de ateos, agnósticos y creyente de otras religiones.
O sea, quiso vestirse de seda el arzobispo, pero se transparentaba. No contento, el arzobispo García decidió plantear un misterio aun más profundo que el de la trinidad. El de culpar al laicismo de manipular la educación de los jóvenes. ¡Un país tan falto de laicismo que mantiene la enseñanza dogmática católica dentro de la escuela, prohibiendo a los jóvenes que la reciben el conocimiento de las ideas que cuestionan tales dogmas! ¿Pretende que se manipula la educación de los jóvenes que no se someten a la educación dogmática católica y se les permite una educación plural y crítica que desarrolle su autoconciencia?
O sea, No hay cojo tan lento que sea cogido antes que los misterios del arzobispo
Mucha cara el tal García.