La “radicalización salafista” de Yassine Lafraiki fue alertada por la propia comunidad islámica
Poco más de un año después de instalarse en Corella, donde fue destinado como imán de la mezquita de la localidad ribera, el marroquí de 33 años Yassine Lafraiki ha sido expulsado de España por la Brigada de Extranjería de Policía Nacional “por ser un predicador de ideología salafista-walabi”, una corriente extremista dentro del mundo suní cuya principal característica, según los expertos en lucha antiyihadista, “interpreta los versos del Corán de una manera completamente textual, sin contexto histórico, cultural o filosófico”. Lafraiki, que según informó ayer El País citando fuentes policiales, “fue detenido el pasado 5 de febrero” y había ingresado en el CIE de Madrid, donde permaneció hasta el 6 de marzo, “cuando fue entregado a las autoridades marroquíes en el puesto fronterizo de Beni Enzar con la prohibición de entrar en territorio español en diez años”.
Según confirmó Gorka García, alcalde de Corella, Yassine Lafraiki había abandonado el municipio ribero en diciembre de 2017, después de que en agosto de ese mismo año, la Comunidad islámica El Baraka de la localidad lo echara de la mezquita en la que ejercía de imán “porque tenía un discurso bastante duro hacia los fieles”, apuntó. Fue el propio presidente de la comunidad islámica corellana, que aglutina a algo más de medio millar de personas en la localidad, el que puso en conocimiento de la Policía Local la salida del imán y las circunstancias por las que se tomó la decisión de desvincularlo de la mezquita. “Esto activó de inmediato un protocolo que se pone en marcha cada vez que hay entradas o salidas de esta naturaleza”, explicó García, poniendo de relieve la labor “a pie de calle y de trabajo de campo llevada desde ese momento a cabo por la Policía Local” que entró a colaborar directamente con la Policía Nacional (que ya contaba con informes de la radicalización del salafista) hasta llegar al desenlace que hemos conocido hoy”, señaló. En este sentido, la investigación ha durado meses y, de momento, solo sitúa a Lafraiki como “predicador salafista”.
Sobre una posible línea de investigación paralela que estaría indagando en la posibilidad de que el marroquí ya expulsado de territorio español, tuviera relación con la financiación de una nueva mezquita que se está construyendo en un terreno municipal de Corella y cuyas obras se detuvieron hace ocho meses “por una falta puntual de fondos”, la comunidad islámica corellana desmintió rotundamente cualquier conexión con Lafraiki en este sentido. Sí que se investigan los vínculos del expulsado como captador de fondos para la ONG Revival of Islamic Heritage Society, incluída en la lista de entidades asociadas a Al-Qaeda y Daesh.