La Asociación Estatal Europa Laica aseguró hoy que el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, ha podido incurrir en un delito al comparar laicismo y totalitarismo.
En un discurso el pasado martes en el sínodo de los obispos de Roma, Rouco Varela "en su cruzada contra todo aquello que discrepe del dogma católico, relacionó laicismo y nazismo", señala este colectivo.
A juicio de Europa Laica, "éste es un nuevo intento de desprestigiar y atentar contra una filosofía, la laicista, que postula la emancipación del ser humano, la protección y defensa de la libertad de conciencia, la separación Iglesia-Estado y que defiende, frente a ideas totalitarias y exclusivistas que ampara la jerarquía católica, que el ser humano está dotado de conciencia propia y tiene todo el derecho a vivir libremente sus propias convicciones y expresarlas si así lo desea".
Europa Laica destaca que está analizando estas y otras declaraciones de diversos jerarcas católicos, por si hubiera motivo para denunciarlos ante los tribunales de justicia.
No obstante, esta asociación considera que la Fiscalía General del Estado debería analizar estas declaraciones, por si fueran constitutivas de un presunto delito de alguna de las formas indirectas de apología del terrorismo o vulnera el Código Penal en su artículo 525.2 que expresa que "incurrirán en delito los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna".
Europa Laica denuncia además la pretensión de Rouco Varela de "difamar e insultar, para confundir a la opinión pública; atacar al Estado y a la sociedad civil, con la pretensión de seguir disfrutando de los enormes privilegios de los que goza; y alentar a sus bases más integristas en contra de ideas diferentes al dogma y postulados católicos, conminándolos a luchar contra ellas, utilizando cualquier instrumento".
Esta asociación concluye que "estos objetivos son muy preocupantes, y cree que los poderes públicos deberían recapacitar antes de que sea demasiado tarde. No es la primera vez en la que representantes de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica española insultan y ofenden las creencias de personas que no profesan la fe católica, o que incluso siendo católicos estiman que el laicismo es un principio indisociable de un sistema político verdaderamente democrático".