Despojada de su piel de cordero, Euneiz es la apuesta formal y económica de nuestras instituciones, las de todos y con dinero de todos, por una iniciativa privada en el campo de la educación superior, que tan solo disfrutarán los pocos seleccionados que puedan permitirse pagar su matrícula.
En octubre de este año, en Vitoria-Gasteiz abría sus puertas Euneiz, nuestra primera universidad en manos de una empresa. Esta iniciativa, anunciada a bombo y platillo como el epicentro de la innovación por sus promotores y nuestras instituciones públicas, es en realidad un atentado a nuestro maltrecho estado del bienestar. Detrás de una imagen sugerente de progreso y modernidad que todos estos actores se empeñan en proclamar, se esconde un fracaso social sin precedentes.
Despojada de su piel de cordero, Euneiz es la apuesta formal y económica de nuestras instituciones, las de todos y con dinero de todos, por una iniciativa privada en el campo de la educación superior, que tan solo disfrutarán los pocos seleccionados que puedan permitirse pagar su matrícula. Es, una vez más, la inversión económica que hacen las instituciones vascas con nuestros impuestos para la educación de unos pocos y no precisamente con pocos recursos: los sindicatos hablan de matrículas que multiplican por siete las de la oferta pública (el centro no las ha hecho públicas).
El resultado es un sistema dual de educación público-privada por el que las clases sociales medias y altas se concentran en los centros privados, y las menos favorecidas en los públicos
El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz ya ha anunciado que destinará casi medio millón de euros, los mismos que la Diputación de Álava, a este proyecto. Por no mencionar otras ayudas económicas que recibe de nuestras instituciones el grupo empresarial detrás de esta iniciativa, el grupo Baskonia-Alavés, en forma de subvenciones y patrocinios. Por si fuera poco, los promotores de Euneiz han solicitado la “friolera” de 33 millones de euros de los fondos europeos Next Generation. Casi nueve millones más que la totalidad del presupuesto destinado este año para cultura y educación en Vitoria-Gasteiz (24.6 millones de euros).
Euneiz repite y consolida un patrón de sobra conocido en Euskadi. El del apoyo y financiación de centros educativos privados con tufo elitista por parte de nuestras instituciones públicas. Al año, Educación destina cientos de millones de euros a subvencionar estos centros privados. El resultado de todo ello es un sistema dual de educación público-privada por el que las clases sociales medias y altas se concentran en los centros privados, y las menos favorecidas en los públicos. Se trata de un sistema único en Europa y Vitoria-Gasteiz, desafortunadamente, es uno de sus mejores ejemplos.
Por si fuera poco, Euneiz agudiza este problema, porque por primera vez en Euskadi la lacra de la privatización más competitiva, aquella con ánimo de lucro, llega nada menos que al ámbito de la Universidad (ya tenemos dos universidades privadas más, pero ninguna en manos de una empresa).
El 18 de octubre, en una ceremonia de apertura con más de 250 invitados, las principales instituciones y sus promotores inauguraron Euneiz. En la foto no se aprecia bien pero debajo de la alfombra roja del solemne evento, pisoteado y ahogado, estaba el derecho universal de niños y jóvenes a una educación accesible, de todos y para todos, autónoma y de calidad. ¿Hasta cuándo va a tolerar la sociedad vasca el maltrato de su Educación Pública?
Irene Euba, Coordinadora del grupo territorial Europa Laica-Euskadi Laikoa