Deberán someterse a cursos de formación, para hablar correctamente la lengua, conocer la cultura del país y respetar la Constitución. En las mezquitas, sermones en italiano
Se acabó la época en que los imanes podían hacer de su capa un sayo en Italia. Por ejemplo, no será posible escuchar en una mezquita italiana un ministro de culto musulmán echando un sermón en una lengua que no sea el italiano. El ministerio del Interior ha elaborado «un estatuto en el que no se entra en las cuestiones religiosas, pero pide a los imanes reconocer ciertas reglas del país y de su cultura», ha manifestado Angelno Alfano, titular de Interior.
Por primera vez se ha llegado en Italia a un acuerdo entre el gobierno y representantes de las más grandes comunidades musulmanas italianas, estableciendo un estatuto que ha sido preparado por doce expertos. El objetivo es evitar la radicalización violenta, que se anida a menudo en muchas mezquitas. A partir de ahora, los imanes deberán aceptar someterse a una formación sobre la cultura italiana, que no entrará en la doctrina de la fe, pero se centrará en el aspecto cívico, reglas italianas y la Constitución del país. Esto dará la posibilidad a los imanes de acceder a algunos lugares protegidos, como cárceles y hospitales, en una óptica de integración en el respeto de las normas establecidas por la Constitución italiana. Al mismo tiempo, se le deberá dar el valor que le corresponde a las mujeres en el Islam que se predique en Italia, donde la integración representa la clave para la paz del futuro. Han sido precisamente asociaciones femeninas musulmanas las que han pedido que se incluya en la formación del imán ese capítulo de dar a la mujer el respeto y el valor que se merece. Las delegaciones del gobierno en las diferentes regiones mantendrán reuniones interreligiosas para examinar de cerca las iniciativas propuestas en el estatuto.
El ministro del Interior ha sido tajante sobre el islam radical: «Quien no acepta las reglas será expulsado. Hemos alejado de nuestro país a siete imanes violentos». Los que sigan en Italia deberán atenerse a un claro estatuto: Hablar correctamente italiano, conocer la historia y la cultura del país, respetar la Constitución y estar disponibles a un dialogo respetuoso con los creyentes de otras religiones.