En las últimas semanas hemos visto como se alarmaban las diferentes empresas de comunicación ante peleas protagonizadas por padres en los partidos de fútbol de sus hijos. Estas peleas eran calificadas de vergonzosas, de un espantoso ejemplo contrario a los valores del deporte. Se pedía expedientar a los equipos y la retidara de la competición de por vida, así como la prohibición de entrada de los padres violentos a los estadios. Nada que objetar desde mi punto de vista, excepto la nula autocrítica del fomento de la competitividad de los niños y niñas, no sólo en el fútbol, sino también en las disciplinas artísticas, con programas que tratan a los niños y niñas como adultos que tienen que competir en la jungla capitalista por ser los mejores cantantes, bailarines, cocineros o funambulistas ante los gritos ensordecedores de madres y padres y de coachs, cantantes a pesar de su voz, y famosetes que hacen de presentadores.
Pues bién, me he sobresaltado con la noticia de una estampida en una procesión de Málaga tras una pelea, que según ha confirmado el concejal de seguridad ciudadana del Ayuntamiento de Málaga, se ha producido entre varios penitentes que acompañaban a la cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo, o al menos eso dijeron en la SER en la mañana del martes y en el periódico La Opinión de Málaga. Curiosamente el extremo de esta causa ( la pelea entre penitentes) se obvia en la noticias de Canal Sur y en las de TVE, que nos tranquiliza cada instante que puede, entre imagenes de playas y ciudades abarrotadas de turistas, con el despliegue policial que hay en cada procesión, es más, a veces los hay hasta desfilando (con el uniforme y todo), al lado de concejales y alcaldesas, aunque creo que estos no son para la seguridad, sino más bién para no separar mucho la iglesia y el estado no vaya a ser que se despisten un poco y tomen caminos diferentes.
Desde luego, seguro de ello estoy, las empresas de comunicación, tan prudentes ellas , no habrán dejado de mencionar la posible causa de la pelea de penitentes señalada por el concejal de seguridad ciudadana, el popular Marío Cortes, porque se barajan hipótesis más lógicas, como provocaciones laicas, anarquistas insurrectos y demás gentes de mal vivir que disfrutan más con una estampida de devotos que con una persecución de los mismos.
Claro está, que, como se demuestre que ha sido una pelea de penitentes, los medios nos van a machacar con que si hay que sancionar a la cofradía con dos tres años sin procesionar , la excomunión de los penitentes peleados… y demás cosas que se me escapan por mi desconocimiento del reglamento de juego…
Mientras tanto, se reabre el caso del coño insumiso, se absuelve al único encausado del clan de los romanones… y, a marcar la casilla de la Iglesia, que lo mismo la cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo va a tener que pagar una multa o desciende de categoría.