Brujas y momias, cuidado. Cada 31 de octubre personajes macabros invaden las calles estadounidenses por la celebración de Halloween, pero una cantidad creciente de comunidades ha decidido rechazar esta fiesta por considerara pagana y vinculada a las ciencias ocultas.
El sábado, niños disfrazados con trajes a menudo macabros realizarán el tradicional ritual de golpear las puertas de sus vecinos para reclamar golosinas, con la consigna "trato o treta". En las escuelas y centros comunitarios las fiestas de disfraces ya comenzaron.
Pero no todos consideran la fiesta de Halloween divertida.
En algunas comunidades religiosas, escuelas o asociaciones de vecinos los disfraces escandalizan por su carácter considerado satánico o demasiado siniestro, lo que ha llevado a un aumento de los denominados "festivales de otoño", con desfiles de disfraces en los que están excluidos los monstruos, vampiros o muertos vivientes.
Los grupos cristianos conservadores fueron los primeros en oponerse a la fiesta de Halloween.
"Muchos creyentes (…) consideran algunos aspectos de la fiesta de Halloween perturbadores", explica Richard Dobson, responsable de "Focus On the Family" (prioridad para la familia), una de las organizaciones cristianas más importantes de Estados Unidos.
"No hay ningún lugar en la comunidad cristiana para este 'lado sombrío' de Halloween", estimó Dobson, que sugiere que los niños se disfracen de personajes de Walt Disney u otras criaturas inofensivas.
Halloween, que proviene de la expresión "All Saints' Eve" o también "All Hallow's Eve (víspera del Día de Todos los Santos), es celebrado efectivamente la víspera de esa festividad. Pero su origen es pagano, vinculado a una antigua celebración celta que buscaba alejar los malos espíritus.
Otros ven Halloween con desconfianza por algunos disfraces o con connotación sexual, muy populares en la comunidad homosexual, donde los trajes de travestis son muy buscados en las fiestas de Halloween.
Randall Balmer, profesor de historia religiosa estadounidense de la Universidad de Columbia, cree que el fenómeno de rechazo a Halloween podría ser el "precio a pagar por vivir en una sociedad pluralista", en referencia a las distintas culturas que componen actualmente Estados Unidos.
"Algunos tienen creencias que les hacen sentirse incómodos frente a Halloween", explicó a la AFP. "Los responsables (de las celebraciones) deben ser sensibles a estas inquietudes".
Ballmer cree que la idea de organizar celebraciones alternativas forma parte de un fenómeno más amplio de retiro de los símbolos religiosos de la vía pública.
En Maryland (este), una escuela, la Monocacy Valley Montessori Public Charter School, organizó esta semana una "fiesta internacional de los niños", en la que éstos podían llevar trajes tradicionales de distintos lugares del mundo en vez de disfraces terroríficos.
En otra escuela con muchos alumnos inmigrantes, la Sligo Creek Elementary School de Silver Spring (Maryland), cerca de Washington, la directora cambió el tradicional desfile de Halloween por un "festival de otoño" centrado en "la lectura y la alfabetización".
"Queremos organizar una actividad que permita la participación de todos nuestros alumnos", explicó a la directora Diantha Swift.