Pakistán es un país de abrumadora mayoría musulmana: de sus 212 millones de habitantes, los cristianos apenas son 3 millones, divididos a partes iguales entre católicos y protestantes. No son ni un 2% de la población. Tampoco los hindúes llegan al 2%, y otras religiones (sijs, ahmadíes, zoroastrianos, etc…) suman un 1,6%.
El país tiene una Constitución que reconoce la libertad de religión y la igualdad entre los ciudadanos, pero en la práctica hay mil impedimentos para qque se pueda vivir esta libertad.
Ahora, un encuentro de representantes de comunidades religiosas minoritarias ha hecho llegar al Primer Ministro y a las autoridades una lista de reclamaciones conjuntas. Cristianos, hindúes, sijs y otras comunidades han firmado estas reclamaciones.
1- la edad mínima legal para contraer matrimonio de las niñas debe ser de 18 años;
2- se pide un ministro federal de minorías religiosas
3- que se aplique la cuota del 5% a estudiantes de minorías religiosas para becas nacionales e internacionales;
4- protección adecuada para los lugares de culto de las minorías religiosas, incluso en las cárceles, hospitales e instituciones estatales
5- que el gobierno que otorgue subsidios a las escuelas de las minorías para sus gastos de seguridad, administración y mantenimiento.
6- que haya leyes apropiadas para evitar las denuncias de «blasfemia», que eviten la discriminación religiosa en ámbito laboral, la escuela y la sociedad en general
7- acabar con los secuestros de niñas y mujeres, la violencia sexual y las conversiones forzadas de mujeres de minorías religiosas.
8- eliminar el material de odio de todos los libros y medios escolares y no escolares.
Ghazala Shafiq, una activista cristiana por los derechos de las mujeres, dice: “En este país es doloroso constatar que la Constitución no permite a un no musulmán ser presidente, primer ministro, jefe del ejército u ocupar cualquier otra posición superior”. Además, “las conversiones forzadas de mujeres pertenecientes a minorías están en aumento: deben ser detenidas y castigadas severamente”.
La abogada católica Tabbasum Yousaf explica en declaraciones a la agencia Fides que “los miembros de las minorías religiosas estamos contribuyendo fuertemente al desarrollo de Pakistán. Queremos centrarnos en las cuestiones relacionadas con nuestra libertad, nuestros derechos humanos fundamentales, prejuicios y discriminación existente especialmente contra personas de minorías religiosas así como las conversiones forzadas de mujeres de minorías religiosas”.
El padre Saleh Diego, vicario general de la archidiócesis de Karachi y director diocesano de la Comisión Nacional Justicia y Paz, recuerda que las minorías religiosas en Pakistán cuentan con una jornada específica para ellas, el 11 de agosto, por decisión en 2010 del entonces ministro federal para las minorías religiosas, el católico Shahbaz Bhatti, que fue asesinado el 2 de marzo de 2011.
Saleh Diego asegura que “el cristianismo ha existido en este territorio desde el primer siglo cuando Santo Tomás, uno de los apóstoles de Jesús, llegó al subcontinente indio. Somos hijos e hijas al 100% de esta tierra por lo que no debemos ser tratados como ciudadanos de segunda clase. Somos fieles a nuestra querida patria, Pakistán. No somos extraños. Nuestras iglesias, instituciones religiosas, hospitales y edificios de oficinas tienen la bandera de Pakistán. Hemos vivido en esta tierra durante siglos, mucho antes de la creación de Pakistán como tal, y estamos sirviendo con honestidad y dedicación por el bien de nuestro país”.