Todas y todos sabemos que la educación en nuestro país debe ser “pública, laica y gratuita”, pues está escrito en nuestra Constitución Política. Pero no siempre fue así, antes de 1917 (año en que se promulgó este derecho) la Iglesia Católica tenía una fuerte presencia en la educación en las escuelas.
Como rastro de esa influencia, hasta nuestros días están los uniformes escolares, que fueron creados por comunidades religiosas para identificar y separar a los distintos cultos en las aulas de las escuelas. Aunque cada vez hay más escuelas que lo están eliminando de sus requisitos.
A más de 100 años de la libertad educativa en nuestro país, todavía hay escuelas privadas con formación religiosa, pues también existe el derecho a la libertad de culto. En total, en México hay 257 mil 500 escuelas públicas y privadas, según los datos estadísticos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y de éstas el 15% son religiosas (católicas, cristianas y judías, principalmente).
Es decir, hay distintas opciones para que las personas elijan qué tipo de educación quieren para sus hijas e hijos conforme a sus creencias. Es más común que aquellas que quieran un tipo de educación basados en los valores de la familia y tradicionales, elijan las escuelas religiosas, de acuerdo con la opinión de las y los expertos.
Laicas vs. religiosas
Pero esto no quiere decir que las escuelas laicas no fomenten estos valores, simplemente los alinean a sus respectivas religiones. Por ejemplo, las escuelas religiosas se caracterizan por adoptar costumbres del culto dentro de sus planes educativos, incluso algunas de ellas son dirigidas por monjas o sacerdotes.
De hecho, seis de cada 10 personas en nuestro país están de acuerdo con que se impartan contenidos o valores religiosos en las escuelas, según la última Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas en México.
Dentro de las más conservadoras están los Legionarios de Cristo y el Opus Dei. Y las más comunes son las escuelas de los maristas, los lasallistas, jesuitas, asuncionistas, teresianas y los misioneros del espíritu santo, de acuerdo con Ana Pacheco del Río, del Grupo de Asesores de Alta Pedagogía.
En México, hay 84 millones de personas que se dicen católicas contra 10 millones que profesan otra religión, por eso es más común encontrar más escuelas católicas que de otras religiones, pero también las hay para quienes pertenecen a la religión judía.
Las escuelas de corte religioso agregan a su oferta educativa valores que los identifican. Las escuelas judías siembran valores de pertenencia y cuidado de su comunidad, pero también suman a las horas de clase actividades de estudios judaicos y el idioma hebreo –original de sus orígenes– y algunas hasta el idish (idioma perteneciente a las comunidades judías asquenazíes).
Las cristianas por ejemplo buscan maestros que tengan formación en esta religión y enfocan la enseñanza de valores familiares, obediencia y humildad, por mencionar algunos. Entre sus clases incluyen el estudio de fundamentos bíblicos. “La escuela pública está más propensa a correr su agenda la propagación de los ideales humanísticos en los cuales dejan a Dios afuera.”, advierte un pastor al recomendar este tipo de educación.
Las instituciones laicas optan por la formación académica tradicional, sin incluir en sus planes y programas temas de religión. Fomentan los valores desde la ética y el civismo. En estas últimas también hay distintos tipos de educación, las hay con una ligera influencia de alguna religión (misas o graduaciones), las que no tocan para nada lo religioso y las anticlericales.
Baja la fe en México
Lo cierto es que también han cerrado más escuelas religiosas (principalmente católicas) en nuestro país en los últimos años, y esto se debe principalmente a que el número de creyentes en ha disminuido.
Mientras que en 1990 solo 2.2 millones de mexicanos y mexicanas se consideraban no creyentes de ninguna fe, según el último censo del INEGI, 20 años después esa cifra se había más que duplicado para alcanzar los 4.7 millones.
Sean católicas, cristianas o judías, cada vez hay más opciones educativas, y no precisamente desde las doctrinas tradicionales, pues también hay más ventanas a la educación alternativa de enseñanza, lo importante es que –a diferencia de hace más de un siglo– tienes la libertad de elegir lo que mejor vaya con tus creencias y preferencias.