Vietnam entró el 11 de enero en la Organización Mundial de Comercio y ayer, justo dos semanas después, su primer ministro acudió por primera vez en visita oficial al Vaticano.
El Gobierno comunista de Hanoi, en reciclaje al capitalismo desde finales de los 80, se hace presentable y la histórica recepción de ayer con Benedicto XVI inaugura la «normalización» de sus relaciones con la Santa Sede, palabra que utilizó el mismo comunicado vaticano. Como prueba del calibre del evento, viajaron a Roma el primer ministro, Nguyen Tan Dung, y ocho miembros del Ejecutivo.
El Vaticano y Vietnam no mantienen relaciones diplomáticas y han vivido grandes tensiones, sobre todo cuando tras la guerra en ese país se abrió una fuerte represión contra los católicos, un 6% de la población. Después, han pasado décadas oscuras de distanciamiento. En los 90, con las reformas económicas y la leve apertura de mercados, comenzaron los primeros contactos. Ahora, la Iglesia es vista por el Gobierno como un valioso aliado contra la degradación moral que percibe en la inmersión acelerada en el capitalismo.