El cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, mantuvo varios encuentros en Madrid con destacados miembros de la jerarquía eclesiástica antes y después de la reunión del comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que el día 10 de julio decidió dar apoyo al acto de protesta convocado por el Foro Español de la Familia.
El cardenal López Trujillo se había desplazado a España para conocer de primera mano los preparativos del V Encuentro Mundial de la Familia que tendrá lugar en julio del 2006 en Valencia y que será motivo del primer viaje a España del Papa Benedicto XVI. La Santa Sede concede especial relieve a esta convocatoria, por su importancia objetiva y por la oportunidad de convertir el encuentro en una gran demostración de fuerza ante el Gobierno español, cuya gestión en materia de costumbres es considerada especialmente negativa por Roma.
Desde Valencia, el cardenal colombiano viajó a Madrid con el especial propósito de seguir de cerca la preparación de la primera gran manifestación católica contra la política del Gobierno Zapatero. El presidente del Consejo Pontificio para la Familia fue informado exahustivamente sobre ella y sobre los eclesiásticos que habían decidido sumarse a la protesta, encabezados por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares.
Rouco Varela y Cañizares son los dos prelados españoles que en estos momentos mantienen mejores canales de comunicación con Roma, si bien ambos sufrieron un notorio revés en la última elección de los cargos directivos de la Conferencia Episcopal Española, el pasado mes de marzo. El cardenal Rouco fracasó en el intento de ser reelegido presidente por tercera vez, al faltarle un voto para la obtención de los dos tercios necesarios.
Descartada su candidatura a la presidencia, el arzobispo de Toledo fue derrotado por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, por 40 votos a 37. Cañizares, conocido en medios eclesiásticos como el pequeño Ratzinger -por su antigua amistad con el actual Papa-, fue elegido vicepresidente.
La ausencia del obispo Blázquez en la manifestación obedeció a la firme decisión del actual presidente de la CEE de mantener un perfil moderado y no provocó especial preocupación en Roma, según las versiones que ha podido contrastar este diario. A las autoridades vaticanas les soprendió más, sin embargo, que ni un sólo obispo catalán, especialmente el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, participara en el acto.
La presencia del cardenal López Trujillo en Madrid viene a confirmar la intensidad con que la Santa Sede sigue las problemáticas relaciones entre la Iglesia y el Gobierno socialista español. En altas instancias del Vaticano, la política del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero ha sido interpretada en más de una ocasión como un "laboratorio laicista", cuya trascendencia supera las fronteras españoles, en la medida que puede proyectarse como ejemplo para el resto de Europa y los países latinoaméricanos, hipótesis esta última que preocupa especialmente en Roma.
El cardenal López Trujillo, de 70 años, al que se le ha atribuido una cierta vecindad con el Opus Dei, tuvo un intenso papel en los días inmediatamente anteriores al cónclave que eligió Papa a Benedicto XVI.