- Los contactos se produjeron nueve meses antes del 20 de octubre de 2011, cuando ETA anunció ese cese de su actuvidad armada.
- Así lo asegura el periodista Gianluigi Nuzzi en el libro 'Sua Santita', que recoge documentos reservados y cartas confidenciales al papa Benedicto XVI.
- Entre ellos hay documentos de la Secretaría de Estado y de su titular referentes al cese definitivo de la actividad armada anunciado por ETA.
- El Vaticano ya ha anunciado que llevará ante la justicia a los autores de la revelación de estos documentos.
La banda terrorista ETA pidió al Vaticano a principios de 2011 enviar a su nunciatura en Madrid a varios de sus miembros para concordar con la Iglesia el anuncio del fin de su actividad armada, pero el cardenal Tarcisio Bertone lo rechazó, tras hablar con el obispo de San Sebastián.
Así se asegura en el libro Sua Santita, del periodista Gianluigi Nuzzi, puesto a la venta este sábado en Italia, que recoge documentos reservados y cartas confidenciales al papa Benedicto XVI y a su secretario particular filtrados, según señala, desde el Vaticano y que ha puesto de nuevo en la picota a la Curia romana.
Considerada ya por los observadores vaticanos como la mayor filtración de informes reservados de la Santa Sede, entre los mismos hay documentos de la Secretaría de Estado y de su titular, el cardenal Tarcisio Bertone, referentes al cese definitivo de la actividad armada anunciado por ETA.
Nuzzi afirma que nueve meses antes del 20 de octubre de 2011, cuando ETA anunció ese cese después de más de medio siglo de historia y de matar a 858 personas, los obispos vascos y la nunciatura en Madrid estaban ya "en plena ebullición".
Un 'Wikileaks' sobre el Vaticano
El autor, que incluye fotocopias de los documentos filtrados, asegura que el 3 de enero de 2011 el cardenal Bertone envió a la nunciatura de Madrid un cable criptado señalando que ETA solicitaba que algunos de sus miembros acudieran a la nunciatura para concordar el mensaje de anuncio de una tregua unilateral, permanente y verificable internacionalmente.
El cable lleva el número 263 y en el mismo Bertone indica: "Considerando cuanto ha referido monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, se determina con vuestra eminencia (el nuncio en Madrid, arzobispo Renzo Frattini) la inoportunidad de ese encuentro".
Bertone añade: "También es necesario tener presente que el vicepresidente y ministro de Interior (español), señor (Alfredo Pérez) Rubalcaba, ha afirmado recientemente que la susodicha organización no debe declarar ninguna tregua, sino solo disolverse".
El cardenal, según Nuzzi, no cierra totalmente la puerta, "sino que la entorna, se mueve con cautela y es prudente" y, antes de cualquier movimiento, "ordena a los suyos informarse de manera profunda sobre la estrategia de ETA "a través de los sólidos contactos que el Vaticano tiene en el Parlamento de Madrid".
Bertone pide a Frattini que contacte con el exministro español de Interior Jaime Mayor Oreja para conocer su opinión sobre la situación de ETA y sus verdaderos objetivos. "La conversación con el parlamentario será útil porque en el futuro esa Nunciatura podría recibir propuestas análogas a la anterior, a pesar de la actual negativa", indica Bertone al nuncio.
El purpurado pide a Frattini que, "si ello se produjese", tendría que informar primero a la Secretaría de Estado "y, en cualquier caso, antes de tomar una decisión debería obtener el visto bueno del Gobierno y de la oposición".
Bertone agrega que, además, hay que poner a la banda terrorista "como condición previa la deposición de las armas y la petición de perdón por todos los crímenes cometidos durante varios decenios de lucha terrorista armada".
El texto filtrado lleva la firma de Bertone y es uno del centenar de documentos reservados del Vaticano publicados en el libro, entre los que también aparecen las confesiones del secretario de Marcial Maciel y el encubrimiento de que gozó en el Vaticano el sacerdote mexicano fundador de los Legionarios de Cristo (1920-2008), castigado por Benedicto XVI por pederasta.
Otras polémicas incluidas
También cuenta el escándalo que llevó hace dos años a la dimisión del director del diario de los obispos italianos, Avvenire, Dino Boffo, acusado por medios locales de estar implicado en un caso de homosexualidad.
El libro publica cartas enviadas por Boffo al secretario personal del papa, George Gaenswein, en las que asegura que se trató de un complot y que quien filtró los falsos documentos fue el director del diario vaticano L'Osservatore Romano, Gianmaría Vian, e implica a Bertone de ser el mentor.
Estos nuevos documentos se unen a los publicados recientemente por la prensa italiana, entre ellos una carta mandada por el actual nuncio en EE UU, Carlo María Vigano, a Benedicto XVI en la que alertaba de la "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana.
Tras conocerse esos documentos, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, denunció la existencia de una especie de Wikileaks para desacreditar a la Iglesia y ha anunciado que iniciará acciones para llevar ante la justicia a los autores de la revelación de estos documentos privados, que califica de "acto criminal".
El 16 de marzo Benedicto XVI nombró una comisión para esclarecer esas filtraciones y nombró presidente de la misma al cardenal español Julián Herranz.