Javier Martínez tuvo que acudir el miércoles a la Nunciatura apostólica donde, además de informar sobre los casos de abusos, recibió el consejo de abrir su contabilidad
El Vaticano llama a capítulo al arzobispo de Granada a cuenta del estado financiero de su archidiócesis. Francisco Javier Martínez, aceptó este jueves la “recomendación” de que la diócesis lleve a cabo una auditoría externa, después de una reunión mantenida en la Nunciatura Apostólica el pasado miércoles, según pudo saber eldiario.es. A ella se sumó una petición similar desde la Conferencia Episcopal.
Las altas instancias católicas han forzado así el brazo del prelado granadino que, en principio, no se había adherido al programa de exámenes externos que anunció el gerente de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez Barriocanal, esta semana. Giménez Barriocanal dijo específicamente que Javier Martínez no estaba entre las diócesis que examinaría Price Waterhouse.
Casi al mismo tiempo en el que se daba esta información, el prelado se encontraba en la sede de la Nunciatura Apostólica (la embajada vaticana en España), donde había sido convocado por el nuncio, Renzo Fratini. Fue acompañado por el abogado de la diócesis para, en un principio, recibir instrucciones sobre las respuestas requeridas –en un plazo de diez días, que acaba la semana próxima– por el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, acerca del caso “Romanones”.
Una vez allí, se le “recomendó” que se incorporara a esta iniciativa. Este mediodía se ha hecho efectivo el consejo y la diócesis ha indicado haber contratado una auditoría externa para que haga un análisis detallado de la economía y la administración diocesanas, así como de su evolución en las últimas décadas. Según algunos informes, la deuda acumulada de la diócesis podría superar los 40 millones de euros, en clara bancarrota.
En un comunicado, la diócesis ha indicado que ha hecho este encargo por la “voluntad de transparencia total” del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, explica Europa Press. Al final de su trabajo, Price Waterhouse, “cuya solvencia y profesionalidad son de sobra conocidas en el mundo económico”, comunicará los resultados de su análisis y hará a la Diócesis las recomendaciones que crea oportunas para mejorar la administración y la gestión de sus bienes, “que han de servir exclusivamente, y de la mejor manera posible, a los fines propios de la Iglesia, esto es, a la evangelización en todas sus formas, al culto divino y el sustento del clero, y a la caridad con los necesitados”.
“En esta voluntad de transparencia, de modernización y de mejora de la vida económica de la diócesis, la archidiócesis de Granada se une a otras diócesis de España, que han emprendido el mismo camino y han contratado sus respectivas auditorías, con los auspicios de la Conferencia Episcopal Española”, ha concluido el arzobispado.
Esta misma mañana, y preguntado por el escándalo de abusos en Granada, el cardenal Maradiaga ha subrayado que “el Santo Padre es responsable último de la conducción de la Iglesia, y ante este problema, tiene un profundo sentido de la justicia. Donde ve la injusticia, no sé si él se saltó o no los caminos, pero lo que sí puedo decir es que si él llamó a esta persona es porque consideró que esta persona necesita una palabra de su padre, de su pastor, no tanto de un juez. Y eso es lo que hizo”.