El Vaticano no acaba de apagar un fuego y ya tiene otro abierto. La Santa Sede ha intentado lavar su imagen, cada vez más lastrada por los casos de pederastia, publicando en la página web del Vaticano (www.vatican.va) las directrices seguidas cuando se detectan abusos sexuales a menores. Dicho intento de autoexculpación, sin embargo, ha acabado detonando un nuevo frente. La citada guía, vigente desde 2003, no sólo deja en el aire la duda de qué pasaba antes. Además, y sobretodo, no aclara si los obispos están obligados a denunciar a los sacerdotes pederastas sino que vincula esta decisión a la “ley civil” de cada país. Tal y como explicó el fiscal vaticano, Charles Scicluna, en los países de cultura jurídica anglosajona o francesa es obligatorio informar a la autoridad judicial. En los otros, los obispos pueden decidir qué hacer. Por si fuera poco, el cardenal Tarcisio Bertone, número dos del Papa, ha reavivado otra vieja polémica, la de la Iglesia y la homofobia. Ayer Bertone aseguró que, según los especialistas, “hay relación entre homosexualidad y pederastia”.
“No hay relación entre celibato y pederastia, pero muchos psiquiatras han demostrado que hay relación entre homosexualidad y pederastia”, dijo Bertone, en un intento de apagar el debate sobre el celibato, abierto precisamente a raíz de los últimos escándalos de abusos sexuales en la Iglesia.
Endurecimiento
Además de provocar al colectivo gay, el cardenal adelantó que el Papa emprenderá nuevas acciones para frenar los casos de pederastia. Según informa el diario Público, Benedicto XVI prevé endurecer el manual de actuación contra estos delitos durante el próximo otoño. La nueva doctrina implicará la “tolerancia cero” y una de sus principales novedades es la anulación de la prescripción de los abusos, que actualmente quedan impunes siempre que hayan pasado diez años desde la mayoría de edad de las víctimas –es decir, cuando los abusados cumplen 28 años-. También es palpable la mano dura en la iniciativa destinada a amedrentar al purpurado: los obispos que no denuncien a los pederastas ante la Justicia lo pagarán con una dimisión.
Denuncias…
Hasta entonces, la doctrina del Vaticano con la pederastia seguirá en entredicho. Ayer el Papa intentó zanjar la polémica publicando en la web la guía oficial de actuación contra la pederastia redactada en 2003. La fecha ya generó la primera controversia: ¿qué pasaba antes de esta fecha? El contenido jaleó la segunda. En principio, los medios informaron de que la Santa Sede obligaba a denunciar a los pederastas, sin embargo, la letra pequeña del texto no dice exactamente eso. Dice, por el contrario, que “hay que seguir siempre la ley civil en lo que concierne a las denuncias de los delitos a las autoridades apropiadas”. Es decir, que el denunciar o no depende de la legislación de cada país.
…a discreción
También ayer el promotor de justicia o fiscal de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Charles Scicluna, precisaba la información. “En algunos países de cultura jurídica anglosajona, pero también en Francia, los obispos que vienen a saber –fuera del sigilo sacramental del confesionario- de delitos cometidos por sus sacerdotes, están obligados a denunciarlos ante la autoridad judicial”. ¿Y en los otros países? “Nosotros no imponemos a los obispos que denuncien a sus propios sacerdotes, pero les animamos a dirigirse a las víctimas para invitarlas a denunciarlos”. Recientemente, el fiscal de Milán, Pietro Forno, dio un testimonio que contraviene la tesis oficial. Tal y como dijo, en Italia las diócesis no han denunciado nunca: sólo colaboran una vez que existe un requerimiento judicial.
Patrón de actuación
El documento publicado ayer en la web es una “guía para los periodistas” sin valor jurídico, según explicó el portavoz del Papa, Federico Lombardi, a Público, pero permite inferir las líneas de actuación generales en casos de pederastia: el obispo recibe denuncias, investiga al sacerdote acusado y confirma la veracidad o falsedad de los testimonios. Si las pesquisas arrojan indicios de culpabilidad, el prelado debe informar a la Congregación y atenerse a la ley civil desde ese momento. La diócesis, a su vez, deberá apartar al capellán de situaciones de riesgo con menores. La Congregación, por su parte, tiene dos opciones: abrir un proceso canónico para expulsar al cura, o enviar el caso directamente al Papa en los casos en los que la Justicia haya sido contundente o las pruebas flagrantes.
Exaltación antes de la visita a Malta
La asociación más numerosa de víctimas de abusos sexuales en Estados Unidos, Snap, ha cargado contra la guía del Vaticano asegurando que lo importante no es divulgar principios sino cumplirlos. Precisamente, las víctimas de Malta, donde hay 45 sacerdotes acusados de abusos, han adelantado que se manifestarán los próximos sábado y domingo, cuando Benedicto XVI visitará la isla. De momento, el ambiente ya está caldeado y los carteles anunciando la llegada del pontífice han aparecido grafiteados con bigotes hitlerianos, alusiones a la pedofilia e, incluso, con garabatos de Pedobear, una caricatura de un oso que ironiza sobre los casos de pederastia en la Iglesia destapados últimamente.
