Conflicto diplomático sin precedentes: La Santa Sede pide al Gobierno que modifique la ley, aprobada en la Cámara y en examen en el Senado, porque «atenta contra la libertad de pensamiento de los católicos». El Vaticano advierte a Italia de que su proyecto de ley contra la homofobia atenta contra el Concordato.
El Vaticano ha pedido formalmente al Gobierno italiano que modifique el proyecto de ley contra la homofobia y transfobia que está siendo examinado actualmente en el Senado, pues considera que en algunos de sus pasajes podría violar el Concordato, al acuerdo que regula las relaciones entre Iglesia y Estado, revela este martes ‘Il Corriere della sera’.
El proyecto de ley, que se debate en el Senado, tiene como objetivo sancionar los actos de discriminación e incitación a la violencia contra gays, lesbianas, transexuales y discapacitados
Se trata de un enfrentamiento diplomático se ha producido entre el Vaticano y el Gobierno italiano, algo que no tiene precedentes en la historia de las relaciones entre la Santa Sede y el Estado italiano, como es el pedir cuenta directamente sobre una ley con vistas a modificarla. En efecto, el Vaticano ha pedido formalmente al Gobierno que cambie el proyecto de ley contra la homofobia y transfobia, actualmente a examen en la comisión de justicia del Senado, por considerar que podría violar el Concordato, el acuerdo que regula las relaciones entre Iglesia y Estado, ratificado por los Pactos de Letrán de 1929 y revisado en 1984.
Según informa el Corriere della Sera, noticia a la que dan gran relieve el resto de los medios italianos, el pasado 17 de junio, Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario de Relaciones con los Estados, en la práctica el equivalente a ministro de Asuntos Exteriores del Papa, entregó una nota verbal de protesta a la embajada de Italia ante la Santa Sede. El proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia, impulsado por el diputado del Partido Demócrata (PD) Alessandro Zan, fue aprobado ya en la Cámara de los Diputados, con 265 votos a favor y 193 en contra, el pasado 4 de noviembre. Desde entonces, el proyecto de ley Zan (adopta el nombre de su primer firmante) está creando una enorme polémica, mientras espera la luz verde del Senado, con la firme oposición de la derecha y buena parte del mundo católico.
“Algunos contenidos actuales de la propuesta legislativa que se está examinando en el Senado reducen la libertad garantizada a la Iglesia Católica por el artículo 2, párrafos 1 y 3 del acuerdo de revisión del Concordato”, se lee en el texto.
Los párrafos mencionados se refieren a la “libertad de organización, de público ejercicio de culto, de ejercicio de magisterio y del ministerio episcopal” y a la garantía “a los católicos y sus asociaciones y organizaciones la plena libertad de reunión y manifestación del pensamiento con la palabra, los escritos y cualquier otro medio de difusión”, explica el medio.
La nota verbal del Vaticano ataca sobre todo el artículo 7 del proyecto de ley, que en la práctica que no eximiría a las escuelas privadas de organizar actividades con motivo del día nacional contra la homofobia, lesbofobia y transfobia y sí obligaría a las escuelas católicas a organizarlas con motivo de la futura Jornada Nacional contra la Homofobia. También se teme que algunas posturas eclesiales respecto a los gais, las lesbianas y los transexuales puedan considerarse discriminatorias y acaben propiciando denuncias judiciales. En riesgo incluso estaría, en un sentido más general, según la Santa Sede, la «libertad de pensamiento» de los católicos que se arriesgarían a sufrir consecuencias judiciales al expresar sus convicciones. Por ello, la nota verbal del Vaticano expresa preocupación y temor por que haya una discriminación y con la aprobación de la ley se produzcan riesgos de carácter judicial para los católicos.
Polémica ley
La conclusión de la nota verbal del Vaticano es muy clara y determinante: «Pedimos que se acepten nuestras preocupaciones». En parte, la actitud del Vaticano recuerda a la amarga polémica que hubo entre la Santa Sede y el gobierno italiano con motivo del referéndum sobre el divorcio, en 1974, con la firme condena del papa Pablo VI. También se creó notable polémica sobre la ley del aborto, en 1981, durante el pontificado de San Juan Pablo II. Pero, como destacan medios italianos, la iniciativa del Vaticano no tiene precedentes porque nunca la Santa Sede había pedido directamente el cambio de una ley al Gobierno de Italia, un Estado laico, ejercitando así formalmente las facultades que se derivan del Concordato. En situaciones delicadas, el Concordato establecido por los Pactos de Letrán o Pactos lateranenses de 1929, con la revisión en 1984, con el gobierno del Socialista Bettino Crazi, prevé que se active una comisión conjunta.
Si estos intentos por parte del Vaticano para cambiar el rumbo de la ‘ley Zan’ fracasan y el Parlamento italiano sigue adelante con su aprobación sin modificar los aspectos considerados inaceptables por la Iglesia, podría ser necesaria una mediación en una comisión ‘ad hoc’ contemplada por el Concordato para estas situaciones.
No será nada fácil llegar a un acuerdo sobre esta polémica ley. De momento, la iniciativa del Vaticano está animando el debate entre las fuerzas políticas. De inmediato intervino el líder del Partido Democrático, Enrico Letta, católico practicante: «Apoyamos la ley Zan y, por supuesto, estamos abiertos al diálogo. Estamos listos para mirar los temas legales, pero apoyamos el proyecto de ley, por ser una ley de civilización». Por su parte, el coordinador de Forza Italia, Antonio Tajani, reiteró la oposición de su partido: «Hay un Concordato, el Vaticano pide que se respete el Concordato, veremos la respuesta del gobierno. Habrá alguien que pueda pensar diferente. Pero esta ley limita los espacios de libertad».
El proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia fue aprobado por la Cámara de los Diputados el pasado 4 de noviembre, pero todavía tiene que superar el examen del Senado, lo que no resultará nada fácil por la encarnizada oposición de los parlamentarios conservadores. “Sí a la libertad de amar y a la lucha contra la discriminación, pero no a la censura contra quien piensa que una madre, un padre y una familia sean el corazón de nuestra sociedad”, comentó Matteo Salvini, líder de la Liga, que aboga por una completa “revisión” del proyecto de ley.
Los obispos italianos han dedicado duras palabras a la ‘ley Zan’. “Trastoca la ley de Dios además de la natural”, advirtió Antonio Suetta, titular de la diócesis de Sanremo-Ventimiglia. “Todos estamos de acuerdo en la parte que habla de perseguir y prevenir la discriminación, pero ya hay una ley que dice esto”, comentó Suetta. El cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia-Città della Pieve, consideró por su parte que el proyecto de ley contra la homofobia resulta “intolerante”.
“Someter a un proceso penal, por ejemplo, a quienes creen que la familia requiere de un padre y de una madre, y no de la misma doble figura, equivaldría a introducir un delito de opinión. Esto, de hecho, limita la libertad personal, las opciones educativas, la forma de pensar y de ser, el ejercicio de la crítica y el disenso”, recalcó la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).